La vida de Carolina de Mónaco siempre ha estado rodeada de polémica, principalmente, por sus relaciones y la manera en la que éstas han terminado. La última de ellas fue con Ernesto de Hannover, con quien oficialmente sigue casada, a pesar de ya no vivir juntos desde hace muchos años. ¿Pero por qué ninguno de los dos ha firmado el divorcio? Aquí te contamos el motivo.
La historia de amor de Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco
En octubre de 1990, la princesa Carolina perdió a su esposo Stéfano Casiraghi en un accidente, al chocar su embarcación contra una ola cuando participaba en el campeonato de offshore, lo que terminó con su vida.
En ese entonces, Carolina y sus tres hijos, Pierre, Andrea y Carlota, se marcharon a Saint-Rémy-de-Provence, una localidad de Francia. Pero justo en ese tiempo, una de las personas que la acompañó fue el príncipe Ernesto de Hannover, un amigo de la infancia que en aquel momento estaba casado con Chantal Hochuli y con dos hijos: Ernest Jr y Cristian.
Para 1996 ya sonaban los rumores de una posible relación entre ellos y finalmente, el 23 de enero de 1999, Carolina y Ernesto se casaron en una ceremonia en el Palacio de Montecarlo. La boda se mantuvo muy discreta debido a que Carolina ya estaba embarazada y 6 meses después de casarse nació su hija Alexandra de Hannover.
Carolina y Ernesto se separaron pero nunca firmaron el divorcio
Sin embargo, las cosas no funcionaron y los constantes escándalos e infidelidades por parte de Ernesto provocaron la ruptura del matrimonio en 2008. Desde entonces, jamás se les volvió a ver juntos en público.
En un principio se creía que la hija de Grace Kelly no se divorciaba de él porque así conservaría el título de princesa de Hannover, pero la realidad es que lo hace por apoyar a su hijastro Ernesto Jr.
De hecho, el príncipe güelfo no se lleva bien con su hijo mayor y tiene un pleito con él por las propiedades de la casa de Hannover. Pero nada de ello impediría que su primogénito sea el heredero natural. Aunque existe una condición que dicta que, para heredar su legado, es necesario que Ernesto dé el consentimiento para el matrimonio de su heredero, lo cual no sucedió.
Y es ahí donde Carolina de Mónaco entra en juego, pues al seguir casada impide que su ex pareja vuelva a casarse y tenga otro heredero oficial al cual dejarle legalmente tanto el título de príncipe de Hannover, como las propiedades.
Ambos tienen una vida aparte pero Carolina mantiene una relación cercana con sus hijastros.
Pero también hay quienes aseguran que otro de los motivos para no firmar los papeles de divorcio tendría que ver con el mismo Ernesto, pues sus altercados, demandas y deudas en los últimos años, han demostrado que su estabilidad mental y decisiones son impredecibles.
