La majestuosa casa de Sandringham ocupaba un lugar muy especial para la difunta reina Isabel y la Familia Real Británica, pues la monarca solía pasar sus vacaciones de Navidad en este lugar. Una tradición que su hijo mayor, el rey Carlos III ha decidido seguir desde que su madre falleció.
Como es bien sabido, los actuales reyes de Inglaterra han tratado de seguir varias costumbres que solía llevar a cabo su antecesora. No obstante, ha querido darles un pequeño cambio.
Carlos III sigue la tradición de la reina Isabel
Así pues, por segundo año consecutivo, el primogénito de Isabel II ha decidido reunir a los Windsor para pasar las festividades de Navidad en Sandringham. Cosa que de igual manera solía hacer la fallecida reina cada año, durante las fiestas decembrinas.
Esta costumbre de juntar a todos (o casi todos) los miembros de la Familia Real era algo que la monarca de Inglaterra disfrutaba bastante. Le gustaba tener a los suyos cerca en una de las fechas más importantes del año. Sin embargo, como ya sabemos, el rey Carlos no ha podido tener al completo a sus dos hijos en fechas recientes.
Recordemos que el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle, no asistieron a la Navidad celebrada en Sandringham de este año —ni a las otras navidades desde 2018— y al parecer su relación seguirá igual de tensa en los próximos meses.
Pero retomando el tema en cuestión, vale la pena resaltar que pese a que Carlos ha realizado varios cambios dentro de la monarquía inglesa, ha decidido dejar intacta esta emotiva costumbre de pasar las navidades en esta mansión.
Cómo es Sandringham y por qué era tan especial para la reina Isabel
Sandringham House es una casa de campo de 32 km cuadrados de terreno y fue adquirida en 1862 por la reina Victoria, a petición de Eduardo II.
Asimismo, esta mansión de estilo jacobita cuenta con grandes ventanales, un acabado de ladrillo rojo, un gran salón de viaje y un establo para albergar caballos. Además de que era una de las propiedades favoritas de Isabel II.
Sin embargo, no solo le gustaba pasar aquí sus vacaciones de Navidad y de Año nuevo, sino que también fue el lugar en donde su padre, el rey Jorge VI, murió un 6 de febrero de 1952. Por lo que desde entonces, la reina Isabel pasaba las fiestas decembrinas y alargaba su estancia hasta después del 6 de febrero de cada año, para honrar la memoria de su progenitor.