NEGOCIOS OSCUROS
De acuerdo con las grabaciones, Corinna dijo sentirse atrapada entre la espada y la pared; por un lado, tenía la exigencia de resguardar las propiedades del rey, y por otro, se negaba a entregarlas porque, argumentó, se vería implicada en el delito de lavado de dinero. Sus declaraciones fueron más allá y abundó en que el monarca estaba implicado por completo en el caso Nóos que llevó a la cárcel a Iñaki Urdangarin, y que de todo este escándalo ella también había salido afectada. Sin embargo, el rey nunca estuvo dispuesto a meter las manos al fuego para protegerla, y la encomienda era que si alguien tenía que salir perjudicado, serían ella y su yerno, en lugar de él y su hija Cristina. El daño ya está hecho. Y Corinna se ha manifestado al respecto: asegura que ella nunca supo que había sido grabada y que lo único que desea es vivir en paz y seguir adelante con su vida. No obstante, refrenda una a una sus palabras y sostiene que las instrucciones en el referido escándalo eran dadas por el monarca, por lo que si en algún momento se ve obligada a ir a juicio, está dispuesta a entregar todos los documentos que posee y que le fueron entregados por él.
MIENTRAS TANTO, EN EL PALACIO DE LA ZARZUELA...
Los reyes Felipe VI y Letizia han continuado su vida y sus rutinas de manera cotidiana, tal y como si nada estuviera ocurriendo a sus alrededores, mientras que para el rey emérito las cosas son distintas pues, como ha dicho Pilar Eyre, sufrió un ataque de ansiedad cuando se enteró de que se había hecho pública esta información, al grado de que requirió de atención médica.
En tanto, la reina Sofía no se ha manifestado al respecto y se ha mantenido muy alejada del ojo público; pero según los rumores, se debe a que está preparando una visita a Iñaki Urdangarin, a la que acudiría acompañada de sus dos hijas, decisión que no tiene muy contenta a Letizia y lo ha tomado como una ofensa y un desafío a su persona. El problema, afirma la experta en realeza, no es la susceptibilidad de la monarca, sino el hecho de que tantos escándalos y los que se vienen terminen por poner punto final a la imagen idealizada de los líderes de la corona.
LA FALSA PRINCESA
Corinna se ha casado y divorciado en dos ocasiones y tiene dos hijos: Anastasia (de su relación con Philip Adkins, de 1990 a 1993) y Alexander (con su segundo exesposo, Casimir zu Sayn Wittgenstein-Sayn). Gracias a este último pudo acceder a eventos que reunían a la aristocracia y a la realeza europea, donde se presentaba con la categoría de princesa. En 2007, ante la presencia del príncipe saudí Al Waleed Bin Talal, fingió ser representante de la corona española.
LOS RENCORES DE CORINNA
• Había sido la amante del rey Juan Carlos durante más de 10 años hasta que un día, mientras ella pasaba por el difícil momento de perder a su padre, él le daba la estocada final anunciándole que no podían seguir juntos porque hacía tres años que ya tenía una nueva novia. • De cualquier modo, quedaron como amigos y cuando el monarca tuvo que ser operado de la cadera en 2012, Corinna lo acompañó en el hospital. Tras la promesa de que se divorciaría de la reina Sofía para casarse con ella, decidieron retomar su relación. • Lo que parecía ir viento en popa sufrió un nuevo descalabro: a los oídos del rey Felipe VI llegaron los rumores de que su padre pretendía divorciarse, y reunió a un grupo de personas de su entera confianza para convencerlo de que se disculpara con la mujer y rompiera con su promesa a fin de no atestarle un golpe más a la corona. • Según la cronista de la casa real Pilar Eyre, “el rey puso el pulgar hacia abajo y dos miembros del Centro Nacional de Inteligencia llevaron con lo puesto a Corinna y a su hijo al aeropuerto, y les dijeron ‘no vuelvan más’”.
LO QUE PASA EN MÓNACO
Antes de que los focos se posaran sobre la imagen de Alberto de Mónaco, su equipo de comunicación tomó la delantera y mediante un comunicado fijó la postura sobre la información que la prensa francesa publicó acerca de los tratos con jueces y otras figuras de poder de la ciudad por parte del magnate ruso Dmitri Rybolóvlev, quien era un amigo cercano del príncipe, y con los que pretendía ganar una batalla legal en contra del corredor de arte de origen suizo Yves Bouvier, a quien acusa de haberle robado varios millones de euros luego de que adquiriera varias obras de arte a su nombre, ya que le reportaba precios más elevados. Pero antes de que más irregularidades salieran a la luz, Alberto se desmarcó del tema y refrendó su respeto y adhesión a la independencia de la justicia monaguesca. Claro está que la respuesta no ha agradado en lo más mínimo al multimillonario, quien confiaba en que podría manipular al mayor de los Grimaldi y obtener justo lo que quería.
¿CÓMO CAYÓ EN LA TRAMPA?
Resulta extraño concebir que con el historial que carga Dmitri, el cual pone a temblar hasta al mismo Vladímir Putin, el príncipe haya aceptado mantenerse cerca de él, pues en menos de lo que se imaginó Rybolóvlev ya había adquirido al equipo de futbol AS de Mónaco, lo salvó del descenso y lo hizo campeón de la liga; y todavía hay más: en los últimos cuatro años que han sido cercanos, el ruso se dio a la labor de hacer todo un entramado de corrupción para sacar ventaja utilizando el nombre de Alberto de Mónaco sin que éste supiera lo que estaba ocurriendo a sus espaldas.