El rey Carlos III y el príncipe William estarían protagonizando una silenciosa “lucha de poder” por el lugar que debería ocupar el príncipe Andrés dentro de la Familia Real Británica, según informes recientes de la prensa inglesa.
Recordemos que el duque de York fue apartado de sus deberes reales tras el escándalo con Jeffrey Epstein y una entrevista televisiva desastrosa que dio en 2019. Sin embargo, parece ser que en los últimos tiempos comienza a participar en algunos actos oficiales de la corona británica. Una situación que parece no agradarle al príncipe de Gales.
El príncipe Wiliam rechazaría al príncipe Andrés
De hecho, Andrés participó en la misa de Pascua en Windsor que se realizó el pasado 20 de abril. Su presencia fue significativa. No sólo por su regreso simbólico al núcleo de “la Firma”, sino también por la notable ausencia de los príncipes de Gales. William y Kate decidieron no asistir a este servicio religioso, optando por pasar el fin de semana con sus hijos en Norfolk.
Aunque detrás de esa decisión estaría una firme oposición del heredero al trono a compartir espacios con su polémico tío. Así lo reveló una fuente a Mirror. “William no tiene tiempo para su tío. Esta Pascua se trataba de pasar tiempo con su propia familia, pero preferiría con mucho una situación en la que no tenga que pasar tiempo con él”, apuntó
Mientras que el editor real del Mirror, Russell Myers, sugirió en el programa The Royal Beat la “lucha de poder” que existe entre el monarca y su primogénito respecto a Andrés. “William fue absolutamente influyente en desterrarlo en su momento... pero cuando el Rey decidió que volvería al seno familiar tras la muerte de la Reina (Isabel II), William dijo absolutamente no, y el Rey lo anuló”, recalcó.
“Así que tenemos esta especie de interesante lucha de poder en marcha y me imagino que sabes que, con suerte, en mucho tiempo en el futuro, cuando William sea Rey, él (Andrés) no se verá por ninguna parte de la familia”, puntualizó.
Mientras tanto, el príncipe Andrés parece aferrarse a lo que puede. Se niega a abandonar Royal Lodge, la residencia de 30 habitaciones que ocupa desde 2002 y cuya estructura se encuentra en visible deterioro. Ha rechazado mudarse a una propiedad más modesta ofrecida por el mismo Carlos y, según fuentes citadas por el Mirror, ahora pretendería dirigir personalmente las reformas de esta propiedad.
“Está mucho más animado últimamente, lo cual sorprende dada su situación”, dijo una fuente cercana. Sin embargo, otros en palacio no comparten esa ligereza: “El duque parece ser un generador constante de dolores de cabeza para la familia, y muchos ya han perdido la paciencia”, admitió un alto funcionario real al citado diario británico.
El conflicto por Andrés revela no sólo las diferencias personales entre padre e hijo, sino visiones opuestas sobre el futuro de la monarquía. Mientras el rey Carlos III insiste en proteger los lazos familiares, el príncipe William parece decidido a marcar una línea firme entre el pasado problemático y la institución que un día liderará.