Eliminar el platillo favorito de Isabel II y otras reglas que cambió Carlos III en su reinado

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Además de los cambios en los palacios reales, la llegada de Harry, quien se ha dedicado a mandar bombazos a la familia real, y al príncipe Andrés, envuelto en un escándalo sexual. Para solucionar esto, Carlos III quiere cambiar la ley de sustitutos del rey y hacer que el resto de sus hermanos (la princesa Ana y Eduardo de Wessex) tomen posición para relevarlo en caso de emergencia.

2) Carlos III no quiere vivir en el palacio de Buckingham

Un interno del palacio reveló al Sunday Times que “Carlos III no quiere vivir en el palacio de Buckingham porque no es imagen de un mundo moderno”. Lo que el rey quiere hacer es dividir sus viviendas: pasar tres días de la semana en Clarence House (la casa que tenía con Camilla en calidad de príncipes de Gales, y que está a escasos 400 metros de Buckingham), dos días de la semana en el castillo de Windsor (el cual posee mil cuartos), y fines de semana en Sandringham House, en Norfolk (donde se pasan las navidades).

Quizá intercambiar una sola vivienda por tres distintas no equivale a mucho… y es que el tabloide agregó que esto puede ser plan con maña del monarca, ya que Carlos III quiere abrir las puertas de Buckingham y el resto de palacios reales al público, y así cobrar las entradas. Claro que en palabras del antes príncipe, esto es con motivo de “conectar al público con la institución; él reconoce que necesitan evolucionar, y que en la era moderna la gente quiere tener acceso a los palacios”.

3) El rey Carlos elimina del menú uno de los platillos favoritos de su fallecida madre, la reina Isabel II

Al menos uno de los actos de Carlos III fue aplaudido por activistas y defensores del medio ambiente, pues el rey de 74 años eliminó por completo el foie gras de los menús para la realeza. De hecho las oficinas del monarca le escribieron a Peta (Personas por el Trato Ético de los Animales) para anunciar que en sus residencias royals jamás volverán a servir hígado de pato o ganso —y cuando era rey, esta era una de las prohibiciones por las que más luchó. Se sabía que al menos con cada visita de estado a Francia, la reina Isabel II adoraba encontrar foie gras en el menú.

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