El pasado 14 de febrero, día del amor y la amistad, no pasó desapercibido por los duques de Sussex, ya que ambos decidieron pasarlo en pareja y a la vista del ojo público, probablemente como parte de su estrategia para renovar su imagen y potenciar su popularidad este 2024, año que han empezado con el pie derecho, según ha podido observarse en sus últimas apariciones.
El príncipe Harry y Meghan Markle decidieron pasar San Valentín conjuntando dos de sus más grandes pasiones: compartir tiempo de calidad en pareja y trabajar en favor de sus proyectos personales, los cuales cada vez toman más forma, a más de 4 años de haberse deslindado de sus deberes con la Corona británica.
La jornada del día de los enamorados de los royals de Sussex, transcurrió en las montañas nevadas de Vancouver, donde pudieron conviviendo activamente el equipo organizador de los Invictus Games, en el evento ‘One Year to Go’, el cual resulta la antesala de la próxima edición de los juegos, la cual se llevará a cabo en 2025 en Canadá.
Los románticos gestos que Meghan Markle compartió con el príncipe Harry en Vancouver
Llamando la atención de los turistas, quienes también se encontraban disfrutando del paisaje nevado, Harry y Meghan aparecieron en el panorama luciendo atuendos abrigados, los cuales los protegieron de padecer las temperaturas bajo cero que cubren el lugar en esta época del año.
Además de sus cálidos outfits, llamaron la atención varios gestos de la pareja, quienes permanecieron gran parte del tiempo tomados de la mano, mientras se dirigían a la montaña nevada para hablar con los atletas con esquís adaptados y sus guías.
Aunado a la acaramelada actitud que demostraron los orgullosos padres de los príncipes Archie y Lilibet, sorprendió a los testigos un curioso guiño lanzado por la protagonista de “Suits” hacia su rebelde esposo, ya que sutilmente demostró por medio de la moda lo enamorada que sigue de él y lo importante que es para ella su compromiso matrimonial.
Resulta que para complementar su atuendo invernal, Meghan optó por portar en su mano izquierda el anillo de compromiso que el príncipe Harry le entregó en noviembre de 2017, cuando, en contra de muchos pronósticos, decidió proponerle matrimonio con una argolla valorada en más de 140 mil libras.
Dicho gesto de carácter romántico no pasó desapercibido, debido a la extravagante joya, la cual posee en su diseño enorme diamante de Botswana y dos de la colección Lady Di engastados a una banda de oro amarillo.
Según señalan observadores de la prensa especializada en realeza, hace meses que no se le veía a la duquesa portar esta importante prenda, no precisamente porque existiera un crisis en su matrimonio con Harry, sino porque la joya se encontraba en reparación.