Cuando el príncipe Harry y Meghan Markle dieron la bienvenida a su hija en junio de 2021, el mundo quedó sorprendido por el nombre que eligieron para ella: Lilibet Diana Mountbatten-Windsor. Mientras “Diana” rendía homenaje a la inolvidable madre de Harry, la elección de “Lilibet” tenía un significado especial relacionado directamente con la reina Isabel II. Sin embargo, lejos de ser un gesto unificador, la decisión provocó reacciones mixtas, incluso incomodidad dentro del círculo real.
¿Por qué Harry y Meghan nombraron Lilibet a su hija?
El apodo “Lilibet” tiene raíces profundas en la infancia de Isabel II. Cuando era niña, tenía dificultades para pronunciar su propio nombre, lo que llevó a su abuelo, el rey Jorge V, a llamarla cariñosamente “Lilibet”. Este sobrenombre fue adoptado por los miembros más cercanos de la familia como un símbolo de afecto hacia la futura monarca. Incluso el príncipe Felipe, esposo de Isabel II durante más de 70 años, usó “Lilibet” como un término íntimo y exclusivo.
Al elegir este nombre para su hija, Harry y Meghan declararon que buscaban honrar a la reina y mantener una conexión con sus raíces familiares. Pero las circunstancias que rodearon el anuncio empañaron este homenaje.
A pesar de las buenas intenciones que los duques de Sussex aseguraron tener, informes sugieren que la reina Isabel II no estaba completamente cómoda con la decisión. Según fuentes cercanas al Palacio, el apodo era algo íntimo y personal, y la monarca no esperaba que se usara públicamente, mucho menos como nombre formal de su bisnieta.
El contexto también jugó un papel clave en las reacciones mixtas. En ese momento, Harry y Meghan se encontraban en medio de una relación tensa con la familia real, tras su renuncia como miembros activos de la realeza y su explosiva entrevista con Oprah Winfrey. Para muchos observadores, parecía contradictorio que la pareja eligiera un nombre tan íntimamente vinculado con la reina mientras continuaban exponiendo diferencias con la institución.
Aunque Harry y Meghan afirmaron que habían informado previamente a la reina sobre su decisión, algunos reportes sugieren que no fue consultada adecuadamente. Esto alimentó especulaciones de que la elección del nombre pudo haber sido vista como un intento de reconciliación o, por el contrario, como una apropiación de un símbolo personal de la monarca.
Por otro lado, para sus seguidores, el gesto fue percibido como un acto de respeto hacia la reina, una muestra de que, a pesar de los conflictos, Harry mantenía un vínculo emocional con su familia y con los valores que representaba su abuela.
El legado de Lilibet Diana
Hoy, Lilibet Diana es una niña que crece alejada del ojo público, pero el peso de su nombre lleva consigo historias de dos mujeres extraordinarias: la reina Isabel II y la princesa Diana. Más allá de las controversias, su nombre simboliza el intento de Harry y Meghan de mantener un pie en la historia familiar mientras trazan su propio camino en California.