El príncipe Harry reapareció en Londres para continuar su batalla legal contra el gobierno británico, el cual le retiró la protección policial desde que se alejó de sus deberes reales en 2020 y dejó de ser miembro activo de la Familia Real Británica.
Con un gesto serio y sin rastro de su familia, el duque de Sussex llegó al Tribunal de Apelaciones de Londres, en donde estuvo acompañado únicamente de su equipo legal. La imagen fue poderosa: Harry, sentado en silencio mientras su abogada, Shaheed Fatima KC, defendía su causa con argumentos que podrían marcar un precedente para todos los miembros de la realeza británica no activos.
La batalla legal del príncipe Harry para recuperar la protección policial en el Reino Unido
Durante la audiencia, celebrada este martes 8 de abril, la abogada del pelirrojo royal acusó al gobierno británico de haber tratado a su cliente de forma “diferente, injustificada e inferior” en cuanto a su seguridad personal.
En su argumento, la letrada denunció que el Ravec (el Comité Ejecutivo para la Protección de la Realeza y Personas Públicas) no respetó sus propios protocolos, al no solicitar una evaluación al “Risk Management Board” (RMB), el organismo experto en análisis de riesgo, y en su lugar, aplicaron lo que llamaron un “proceso personalizado”. Según Harry, ese “trato a medida” no fue un privilegio, sino una desventaja.
“El apelante no acepta que ‘a medida’ signifique ‘mejor’. En su opinión, eso quiere decir que ha sido señalado para recibir un trato diferente, injustificado e inferior”, según declaró su representante legal a nombre del duque de Sussex, y que recogen medios británicos.
Asimismo, Fatima sugirió que Harry no exige que se le devuelva automáticamente el mismo nivel de protección que tenía como royal activo, sino que se lo evalúe bajo los mismos criterios que a cualquier otra figura pública de alto perfil, salvo que exista una razón verdaderamente sólida para lo contrario.
Sin embargo, el gobierno británico defiende su decisión, sosteniendo que el nivel de protección asignado al príncipe Harry es adecuado y que se han considerado todos los factores pertinentes. De hecho, un juez del Tribunal Superior ya respaldó esta postura en 2024, pero la apelación actual busca revertir esa decisión.
Por otro lado, cordemos que esta disputa se remonta a 2020, cuando Harry y Meghan Markle se separaron de la Familia Real y se trasladaron a Estados Unidos. Desde entonces, el Ravec decidió modificar el nivel de seguridad del príncipe y negarle el acceso a una protección policial estándar financiada con fondos públicos durante sus visitas al Reino Unido.
A pesar de la carga emocional y la ausencia de apoyo familiar visible —una vez más no fue recibido por ningún miembro de los Windsor—, Harry sigue firme. La lucha no solo gira en torno a su propia seguridad, sino también a la de Meghan Markle y sus hijos, Archie y Lilibet. Su objetivo es claro: que, cuando visiten el Reino Unido, puedan hacerlo con la misma protección que otras figuras públicas reciben, sin excepciones arbitrarias.
El caso se resolverá en los próximos meses, pero la imagen del hijo menor de Carlos III enfrentando al gobierno de su país, en solitario, ya ha quedado grabada como otro capítulo más de su larga lucha por independencia, justicia y seguridad.