Un nuevo libro biográfico del príncipe revela detalles de cómo tomó su decisión para comprometerse con Diana Spencer
En julio de 1981, la noche anterior a su glamorosa boda con la princesa Diana, el príncipe Carlos lloró al descubrir que todavía estaba enamorado de su exnovia Camilla Parker-Bowles.
Según el un nuevo libro biográfico Prince Charles: The Passions and Paradoxes of an Improbable Life, del escritor real Sally Bedell Smith, Carlos se sintió presionado por su matrimonio con Diana - como desgarrado por el amor que sentía por Camilla-.
La historia del hijo de la reina Isabel II y Camilla está bien documentada en esta publicación- esta data después de haberse conocido en 1971-, comenzando una historia de amor que protagonizaría titulares durante décadas. Según Bedell Smith, a Carlos le gustaba que Camilla fuera realista, que amara el campo y que no estaba interesada en la moda. También compartían el mismo sentido del humor y se sentía atraído por el hecho de que “siempre lo escuchaba?.
Parecía natural que Carlos se sintiera atraído por la clase alta de Camilla. Lady Annabel Goldsmith le dijo a Bedell Smith que Camilla era “una criatura maternal con una sonrisa intensamente cálida y un atractivo sexual enorme?.
A pesar de tener una relación aparentemente feliz, los dos se separaron cuando Carlos se enlistó para ir al extranjero con la Marina Real en 1973.
Patricia Mountbatten, la hija del difunto Lord Mountbatten, le confesó a Bedell Smith que había “problemas obvios” con Camilla, debido a su escandaloso ?pasado sexual? con su novio, Andrew Parker-Bowles.
Aunque Bedell expresa en la biografía que cuando Camilla se separó de Carlos tenía solo 24 años y no estaba interesada en tener una relación formal. Poco tiempos después de su ruptura, Camilla se reconcilió con Parker-Bowles y se casaron en 1973.
Sin embargo, no pudieron estar alejados por mucho tiempo. Parker-Bowles mantuvo una amistad con Carlos y se relacionaban dentro de los mismos círculos sociales. Eventualmente, los dos reiniciaron su relación, sin importar que Camilla seguía casada.
En 1980, cuando Carlos empezó a salir con Diana, la presión aumentaba para que él se comprometiera con ella. A pesar de su diferencia de edad de 13 años, Diana parecía un buen partido - ella era aristocrática, amante de la diversión, hermosa y no tenía una conocida ?historia"-. Pero Carlos no parecía tener prisa por casarse . Eso cambió, según Bedell Smith, cuando la prensa comenzó a especular que Carlos y Diana habían pasado dos noches juntos. (Diana negó todo en ese momento.)
Sin embargo, el príncipe Felipe le envió una carta a Carlos diciéndole que la reputación de Diana estaba en la línea y que él tenía que tomar una decisión sobre su relación. Carlos lo tomó como una orden para conseguir que se comprometiera con ella, pero él “no estaba enamorado ni tampoco listo para hacerlo?. Psicológicamente asumió que su padre lo intimidó, escribió Bedell Smith.
Las tensiones entre Carlos y Diana ya daban de qué hablar incluso antes de que caminaran hacia el altar. (Diana lloró intensamente durante un partido de polo antes de la boda y había expresado que quería callar lo que sabía). Bedell Smith escribe que los dos eran demasiado diferentes: había una década de diferencia entre ellos y, por lo mismo, no tenían las mismas aficiones.
Diana jamás quiso acoplarse a los hábitos más tradicionales de Carlos. El historiador Paul Johnson recordó una historia que Diana le había contado acerca de cómo el criado de Carlos acostumbraba ponerle sus camisas en la cama antes de que el príncipe se vistiera, aunque si él quería otra camisa tenía que llamar al valet para traerle una nueva. Cuando ella le preguntó por qué él no buscaba una nueva camisa, él mismo le contestó, ?para eso a él se le paga.”
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