Su nombre de nacimiento fue Diana Frances Spencer. Sin embargo, su popularidad entre los civiles y su gran porte y estilo propiciaron que fueran añadiéndose formas de referirse a ella.
Basta con hacer referencia al Reino Británico para evocar a la leyenda de Lady Di, quien es recordada por la mayoría del mundo con este apodo, del cual muchas personas desconocen su origen, aún después de 26 años de la partida de la popular royal.
Al ser hija del conde VIII John Spencer y de la vizcondesa Frances Ruth Burke Roche, Diana de Gales nació destinada a poseer varios de los peculiares apodos con los que fue llamada.
Lady Di, el origen del popular apodo
El título de “Lady” no fue exclusivo para Diana Spencer, aunque ella sea la royal más conocida por este tipo de nombramiento, sino que a todas las mujeres hijas de condes se les otorga esta manera de ser referidas, aunque esto no representa directamente un título real.
Por su parte, el Di es una forma abreviada de “Diana”; y aunque al casarse con Carlos III, oficialmente Diana perdió el título de “Lady” para convertirse en princesa, conservó el apodo que la dotó siempre de personalidad y acompañó hasta la muerte.
Diana Spencer, también conocida como “Princesa del pueblo”
La trayectoria de Lady Di se caracterizó también por poseer un gran interés en el altruismo, y atención a causas como los peligros en las minas en Angola y la desdogmatización del contagio del VIH, por lo que mantuvo siempre una cercanía con la población, quienes constantemente le expresaban su cariño y admiración.
A partir de su evidente popularidad, el periodista Julie Burchill se refirió a ella por primera vez, en 1992, como la “la única princesa del pueblo y el pop”, popularizando este término entre la prensa. Más tarde, el apodo fue reforzado por el primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, al pronunciar el discurso que lamentaba la muerte de la royal en 1997.
“Shy Di”, el apodo odiado por Diana de Gales
Un apodo poco conocido con el que se referían a la princesa dentro del reino era “Shy Di”, el cual le fue impuesto por el actual monarca, debido a la manera en la que Diana agachaba la cabeza al hablar y por ser considerada un ser “tímido”, aunque no era así.
De acuerdo con declaraciones de Dickie Arbiter, el exsecretario de prensa de Isabel II, Diana no era nada tímida sino que mantenía ese gesto para escuchar con atención y que su gran altura de casi 180 centímetros no interfiriera en la conversación. Igualmente este personaje relata que Diana prefirió toda su vida ocultar este apodo ante sus hijos William y Harry.
