Desde su boda con el príncipe William en 2011, Kate Middleton se ha convertido en un ícono de la moda que irradia elegancia y discreción en cada aparición. Sin embargo, hay una prenda que, tras su matrimonio, desapareció misteriosamente de su armario y que, hasta hoy, sigue dando de qué hablar: un atrevido minivestido amarillo.
Esta glamurosa pieza, que combinaba simplicidad y estilo con un toque de osadía, fue protagonista de varios titulares de la prensa poco después de que la royal se casara con el heredero al trono británico. Aunque no fue noticia por cómo lo lucía sino por el incómodo momento que le hizo pasar. Aquí te lo contamos al detalle.
Este fue el minivestido que Kate Middleton nunca volvió a lucir
El outfit en cuestión lo usó apenas tres meses después de casarse con William, durante una visita a Canadá en julio de 2011. Después de bajar del avión en el aeropuerto de Calgary, la princesa conversó con los soldados en medio del clima ventoso.
En esa ocasión, Kate eligió un minivestido color amarillo limón de Jenny Packham, con un escote con cuello, botones de gran tamaño en la parte de la blusa y una minifalda con vuelo. Lo cual complementó con una elegante cartera tipo clutch de LK Bennett y unos altos tacones en color nude.
Sin embargo, el material con el que estaba confeccionado resultó ser un gran problema ya que la tela del vestido era demasiado ligera. Ello provocó que las ráfagas de viento que había en el momento levantaran la falda, lo que derivó que terminara enseñando sus torneadas piernas más de lo normal.
Desde entonces, a la princesa de Gales nunca se le volvió a ver este minivestido. Algo que ha llamado bastante la atención, sobre todo si tomamos en cuenta que ella suele reciclar sus looks dándoles un giro innovador y elegante. Algo que no ha hecho con esta prenda (ni lo hará).
De ahí que se especule que este vestido representa una de las pocas piezas que la también duquesa decidió “jubilar” para evitar romper el protocolo o causar revuelo como el que provocó aquella vez.
El hecho de que esta prenda fuera guardada después de su boda no solo genera curiosidad, sino que refuerza la imagen de una Kate decidida a cumplir con las expectativas reales y a evitar cualquier gesto que pudiera interpretarse como inapropiado para su rol.