Fue a finales de abril cuando se hizo efectivo el nombramiento de María Dolores Ocaña como la nueva secretaria y mano derecha de Letizia Ortiz. Un movimiento que para muchos podría ser intrascendente pero que para el Palacio de la Zarzuela significa una profunda transformación interna.
Aunque algunos no conocen mucho sobre Ocaña, quienes sí han seguido su trayectoria de cerca bien podrían decir que comparte ciertas características con su ahora nueva jefa. Por ejemplo, las dos son de la misma edad y se han desenvuelto en entornos predominantemente masculinos en su vida laboral. Y en ambos casos, han logrado destacar.
¿Cuál sería el nuevo cambio que tendría el Palacio de la Zarzuela?
Así pues, esta nueva dupla que han formado Letizia y su secretaria resulta ser bastante interesante ya que, seguramente, significará un antes y un después dentro del Palacio. Por ello es que, probablemente, la Casa Real vaya a tener una agenda más feminista, así como un reparto más equitativa de las funciones reales.
En este sentido cabría replantear la distribución en cuanto a los tipos de eventos que suelen atender el rey Felipe y su esposa. Por ejemplo, el monarca acostumbra asistir a actos con empresarios y financieros, y en cambio la consorte acude a compromisos que tienen que ver con causas sociales. Un sesgo que, seguro, podrá cambiar la reina con la ayuda de María Dolores.
Además, la carrera profesional que tuvo Doña Letizia antes de convertirse en royal —ya que era periodista— seguramente le ayudó a entender de mejor manera al sector empresarial y sus problemáticas. Por lo que si tomamos en cuenta este vagaje, ella no tendría ningún problema en responder ante los hombres de negocios. Aunque este cambio de chip tampoco será fácil implementarlo dentro de la monarquía española.
Es por ello que ahora la nueva tarea de la royal de 51 años y de su nueva secretaria será “feminizar” al Palacio de la Zarzuela. Y si bien es una tarea difícil de llevar a cabo, también es cierto que ayudaría bastante a que el futuro marido de la princesa Leonor no se sienta como un cero a la izquierda. Un sentimiento que sí experimentaron otros consortes como Felipe de Edimburgo o Enrique de Dinamarca.
Estos maridos de la realeza tuvieron un papel secundario que en lo absoluto les agradó. Siempre renegaron de ello y de no tener el tratamiento de Majestad que sí tenían sus esposas. Por ello, ahora más que nunca, es esencial que la realeza cambie algunas cuestiones para garantizar una mayor igualdad entre los próximos monarcas y sus consortes.