Meghan Markle y el príncipe Harry asistieron a la cumbre TIME100 en Nueva York el pasado 23 de abril. Sin embargo, esta aparición pública de la pareja se convirtió, sin querer, en un momento muy incómodo para el duque de Sussex.
Si bien ya estaba confirmada la presencia de la exactriz de Suits a este evento desde hace días, se desconocía que su esposo la fuera a acompañar a esta cumbre. Por lo que cuando ambos llegaron, su presencia generó revuelos entre los medios de comunicación, los cuales captaron un momento entre ellos que dio mucho de qué hablar.
¿Meghan Markle ignoró al príncipe Harry?
Al llegar al evento, el duque de Sussex, siempre atento, extendió la mano hacia su esposa en un gesto de apoyo y afecto. Pero ella, absorta en los saludos y abrazos al equipo que los recibía, pasó de largo. Literalmente. Ni una mirada, ni un gesto hacia él.
Las imágenes mostraron a Harry un tanto incómodo, quedando detrás de Meghan. Y no fue un hecho aislado. Poco después, cuando Markle se dirigía al interior del recinto, él volvió a extender el brazo. Y otra vez, quedó atrás. Esta vez, la duquesa iba saludando al público, sin notar –o al menos sin reaccionar ante– el gesto de su marido.
Este momento fue analizada por la experta en lenguaje corporal Judi James, quien afirmó para el Daily Mail que el hijo menor de Carlos III parecía adoptar un rol secundario y que era su mujer la que tenía un papel más dominante ante las cámaras.
“Ya sea que Harry lidere o esté al acecho aquí, parece estar en el papel de ‘repuesto’, mostrando algunas poses de lenguaje corporal de aspecto incómodo, mientras que una Meghan más segura asume el papel protagónico”, apuntó.
“Es Meghan quien maneja las cámaras aquí e instiga los abrazos de amistad de aspecto amable”, señaló la experta. “Harry espera su turno de una manera que habría sido impensable durante su tiempo en la Familia Real. Su chaqueta cuelga abierta y su expresión es más intensa y menos radiante que la de su esposa”, recalcó.
La participación de Meghan Markle en la cumbre TIME 100
Durante su participación en esta cumbre, Meghan reveló cómo es que pone límites para proteger su salud mental ante el intenso escrutinio público y de cómo es que ello puede convertirse en un buen ejemplo para sus hijos, los príncipes Archie y Lilibet.
Y aunque cerró la noche asegurando que está “más feliz que nunca” en esta etapa de su vida con sus hijos y su esposo, la realidad es que ese momento fugaz entre los Sussex volvió a poner sobre la mesa una pregunta que se repite en cada aparición pública: ¿están en sincronía Meghan y Harry… o cada vez más desincronizados? Porque incluso en las historias más felices, a veces el gesto no correspondido dice más que mil palabras.