Luego de que Pedro Sánchez cancelara su agenda pública para poder tomarse una pausa y reflexionar sobre si continuará al fente de la presidencia de España, ahora se comienza a barajear el importante papel que tendría el rey Felipe VI en caso de que el mandatario dimita a su puesto.
Todo este embrollo sin precedentes comenzó el martes por la noche, cuando Sánchez se enteró que el juzgado de Madrid abría diligencias de investigación contra su esposa Begoña Gómez, a quien se le acusa por supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Asimismo, tras saltar a la luz esta denuncia, la cual fue interpuesta por el sindicato Manos Limpias, Sánchez anunció que cesaría sus actividades públicas por cinco días para “reflexionar” si seguir o no como presidente. Por lo que, de retirarse, el monarca español tendría que ejercer algunas funciones.
Según lo que apunta el artículo 101 de la Constitución española, “el Gobierno cesa tras la celebración de las elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su Presidente”.
Sin embargo, como todavía no han transcurrido los 365 días para que se puedan realizar nuevas elecciones generales, se tendría que esperar hasta el 29 de mayo, y a esta fecha habría que sumarle 54 días más de plazo para poder organizar las mismas. Por lo que, si hacemos cuentas, estas se llevarían a cabo a finales de julio.
¿Qué es lo que haría Felipe VI si Pedro Sánchez dimite?
Es aquí en donde el rol del esposo de Letizia Ortiz será fundamental, ya que el rey Felipe tendría que abrir un nuevo proceso de consultas para reunir a todos los portavoces de los partidos y designar un candidato para someterse a una investidura.
Mientras que, en este caso, lo más lógico sería que dicho candidato fuese un representante del PSOE, como María Jesús Montero, quien es la primera vicepresidenta del Gobierno.
Seguido de ello, la presidenta del Congreso de los Diputados convocaría fechas para un debate, en el que la candidatura tendría que obtener una mayoría absoluta en la primera votación.
Pero si esto no es así, 48 horas después se realizaría una segunda votación en la que solo valdría si se obtienen más “sí" que “no”. Luego, si esto no resulta se designaría a un nuevo candidato. Y si este tampoco es aprobado para la investidura, entonces las cámaras se disolverían y la legislatura llegaría a su fin para celebrar nuevamente elecciones generales.
Aunque, por otro lado, hay que esperar hasta el próximo 29 de abril para ver si este proceso será necesario ejecutarse o no, ya que será hasta ese día cuando Pedro Sánchez anuncie si sigue al frente del Gobierno de España o si deja de ser presidente.