La reina Victoria siempre se caracterizó por su firme carácter y fortaleza, ya que demostró en más de una ocasión tener la fuerza necesaria para sobreponerse a los obstáculos de la vida y, al mismo tiempo, darle aires de renovación a la monarquía. Algo muy parecido a lo que llegó a pasar su descendiente, la fallecida Isabel II.
Las similitudes de Isabel II y la reina Victoria para renovar la monarquía
Por si no lo sabías, Victoria de Inglaterra hizo de la fotografía una técnica que la ayudaría a posicionar a la realeza británica en el colectivo social y a acercarse más a los ciudadanos, de alguna forma, a la Familia Real, pues fue cuando comenzó a circular, por primera vez, el rostro de la reina Victoria en todo tipo de objetos.
Esta estrategia demuestra la asertividad que tenía cuando se trataba de mantener a la monarquía en el agrado de los ciudadanos, y esta característica también la heredó la reina Isabel II, pues ella hizo algo similar, al permitir que su coronación fuera transmitida por televisión. Algo que no se había hecho en la historia.
Con estos hechos podemos ver el parecido de ambas monarcas, pues su búsqueda por renovar la monarquía y hacerla más cercana al pueblo, derivó en decisiones estratégicas que terminaron por posicionar de manera positiva la imagen de la realeza británica.
La fuerte personalidad de Victoria de Inglaterra e Isabel II
Victoria de Inglaterra supo desde pequeña que algún día recaería en sus hombros el futuro de la monarquía, por lo que, según los registros históricos, ella misma llegó a expresar la frase “seré una buena reina”, cuando a los 10 años, al ver su árbol genealógico, se dio cuenta de que sus tíos no habían tenido descendencia.
Además, la historia también indica que, al igual que su tataranieta Isabel II, tenía una gran fortaleza pública. Ello pudiera explicar el por qué jamás vimos a la madre de Carlos III llorar o doblegarse ante las varias crisis por las que atravesó, como la muerte de la princesa Diana.
Por su parte, la reina Isabel II fue de carácter firme y estaba convencida de que lo que hacía era por el bien de la corona, un pensamiento muy similar al de Victoria.
No obstante, la familia también fue un aspecto muy importante para las dos. De hecho, la necesidad por mantener la monarquía hizo que Victoria emparentara a sus hijos y nietos con varias casas reales del continente, lo que hizo que se ganara el apodo de la ‘Abuela de Europa'.
Si bien la ‘tía Lilibet’ no llegó a tales extremos, sí hizo todo lo posible por que la familia se mantuviera unida, lo cual ya no pudo sostener cuando Lady Di y su hijo, el entonces príncipe Carlos, se divorciaron.