El cumpleaños número 61 de la infanta Elena ha puesto de nuevo sobre la mesa un tema que ronda desde hace años: la imposibilidad de convertirse en reina de España. Una situación que llama bastante la atención y que, además, pone de manifiesto una de las prácticas más arcaicas de la monarquía.
A pesar de ser la primogénita de los reyes eméritos Juan Carlos I y doña Sofía, hay un extraño motivo que a Elena de Borbón le impide ser monarca: la preferencia del varón sobre la mujer en la línea sucesoria que dicta la Constitución española de 1978. Una norma que también ha influido directamente en su posición dentro de la Familia Real ya que nunca se le designó como heredera.
De hecho, el rey Juan Carlos decidió esperar el nacimiento de un hijo varón que asegurara la continuidad dinástica según las tradiciones monárquicas españolas. Por lo que la llegada del príncipe Felipe en 1968 consolidó esta expectativa, relegando a la infanta a un segundo plano y que, actualmente, la coloca como la tercera en la línea sucesoria.
¿Por qué la princesa Leonor sí se convertirá en reina de España?
Sin embargo, esta situación ha cambiado para su sobrina, la princesa Leonor, ya que ella sí podrá acceder de manera directa al trono español aunque la Constitución mantiene la preferencia masculina. Esto se deba a la ausencia de hermanos varones, ya que ello la sitúa como la primera en la línea de sucesión.
Leonor ostenta el título de princesa de Asturias y ha asumido responsabilidades acordes a su posición, preparándose para, en el futuro, convertirse en la primera reina titular de España desde Isabel II.
Por otro lado, cabe destacar que en pleno siglo XXI la monarquía española todavía se aferra a esta regla del pasado ya que, hasta hoy, sigue vigente en la Constitución la preferencia por los hombres en la línea de sucesión. Lo que ha generado un serio debate sobre la igualdad de género y si es hora de reformar estas leyes arcaicas.
Pero mientras la opinión pública mantiene este dilema, la infanta Elena ha aceptado su papel con dignidad y ha demostrado ser una figura querida y respetada dentro y fuera de la Familia Real Española. Su vida ha estado marcada por un sentido del deber y una disposición para representar a España sin cuestionar las decisiones tomadas por otros. Y a pesar de no ser reina, ha encontrado su camino como infanta y duquesa de Lugo.
A partir de ello, podemos concluir que la combinación de decisiones familiares y normas constitucionales son las que han impedido a la infanta ostentar este cargo. Mientras tanto, su sobrina Leonor se prepara para asumir un rol que a ella le fue negado. Una historia que evidencia que los royals tampoco escapan de las tradiciones y de cómo estas pueden influir en su destino.