El 2025 ha comenzado con una imagen que ha dio la vuelta al mundo: Letizia Ortiz, emocionada hasta las lágrimas, despidiéndose de su hija, la princesa Leonor, en el muelle de Cádiz. Este momento, ocurrido el pasado fin de semana, no solo ha puesto en evidencia la transformación de la reina consorte en su segundo decenio dentro de la Familia Real, sino también su vulnerabilidad.
Recordemos que la joven royal emprendió su viaje a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano el pasado 11 de enero, desde el puerto de Cádiz, y se despidió de sus padres, los reyes Felipe VI y Letizia, ya que estará en altamar durante varios meses y no podrá verlos en un tiempo.
Letizia Ortiz rompió el protocolo en la despedida de la princesa Leonor a bordo del buque Elcano
Mientras los cadetes ondeaban sus gorras al viento, doña Letizia rompió el protocolo habitual y se mostró profundamente afectada y con lágrimas por la partida de su primogénita. Incluso necesitó el apoyo de su esposo, el rey Felipe VI, quien en un gesto poco frecuente la sujetó por el hombro durante varios minutos. Este episodio ha sido interpretado por muchos como un reflejo del cambio interno que está viviendo la reina.
Aunque para la experta en protocolo María José Gómez Verdú, este gesto de la reina plantea un dilema interesante. “Las lágrimas de Letizia son conmovedoras desde un punto de vista humano, pero también pueden interpretarse como un signo de vulnerabilidad que contrasta con la fortaleza simbólica que se espera de una figura como la suya”, explicó a la revista Lecturas.
Una opinión coincide con la de Pilar Eyre, periodista especializada en la Casa Real, quien señaló también que este momento fue especialmente significativo porque “la reina permitió que viéramos una parte de ella que rara vez muestra: su lado más humano y maternal”, recoge el citado medio.
Por otro lado, esta emotivo reacción de la reina Letizia no es un hecho aislado, sino que también pone en evidencia el cambio que está experimentando la corona española, con un enfoque en la modernización y la cercanía. Algo que también ha elogiado la prensa internacional tras ver está emotiva despedida de madre e hija.
No obstante, lejos de debilitar su posición, este gesto podría fortalecer su imagen ante el público, mostrando a una reina que también es madre y mujer. Especialmente si tomamos en cuenta que alguna vez fue criticada por su perfeccionismo y rigidez. Por lo cual ahora parece estar adoptando un enfoque más cercano y humano.
Mientras tanto, la partida de Leonor de Borbón no es solo significa una nueva etapa en la vida de la princesa, sino también un comienzo de año lleno de retos para la Familia Real y la reina, quien en su papel como madre y como figura pública demuestra que la vulnerabilidad también puede ser una fuente de fortaleza.
