Desde que el rey Felipe VI y Letizia Ortiz ascendieron al trono de España en 2014, su imagen ha evolucionado significativamente. La pareja real ha pasado por una notable transformación en su estilo y presencia pública, adaptándose a las exigencias de su papel como monarcas. Sin embargo, su antes y después refleja no solo un cambio estético, sino también una evolución en su rol institucional.
Antes de convertirse en reyes, Felipe de Borbón mantenía un estilo clásico y diplomático, propio de su condición de heredero al trono. Con trajes sobrios, corbatas discretas y una presencia siempre impecable, el entonces príncipe de Asturias proyectaba una imagen de seriedad y compromiso con su papel dentro de la familia real. En eventos más informales, se le podía ver con atuendos relajados pero siempre elegantes, marcando una continuidad con la tradición monárquica.
Cómo era Letizia Ortiz antes de ser reina
Por su parte, Letizia Ortiz, antes de ser reina, ya destacaba como un referente de estilo en su etapa como periodista. Su vestimenta reflejaba una sofisticación moderna, con trajes de corte estructurado, blusas femeninas y faldas que resaltaban su porte elegante. Tras su compromiso con Felipe VI, su estilo evolucionó hacia una imagen más sobria y refinada, con colores neutros y diseños atemporales que la posicionaron como un icono de la moda real.
Desde su coronación, la transformación de ambos ha sido evidente. Felipe VI ha adoptado una imagen aún más formal, con trajes a medida y un porte regio que refuerza su autoridad como jefe de Estado. Letizia Ortiz, por su parte, ha elevado su estilo con elecciones más audaces, apostando por diseñadores españoles y piezas que destacan su silueta con elegancia y sofisticación.
El cambio en su imagen refleja su evolución como monarcas, demostrando que la moda también es una herramienta de comunicación y representación institucional.
