En 2017, cuando ya era de conocimiento público el noviazgo entre Meghan Markle y el príncipe Harry, la duquesa de Sussex continuó rodando la serie televisiva que le dio fama, Suits, su compromiso con el príncipe aún no se había anunciado oficialmente y en ese tiempo, Meghan daba vida al personaje de la abogada Rachel Zane, poco antes de despedirse para siempre de la serie y de su carrera como actriz.
Compañeros de reparto y grandes amigos
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En aquellos días, Meghan y sus compañeros de reparto, con quien mantenía una gran amistad y muchos de los cuales acudieron a su boda en Londres, se esforzaron al máximo para adaptarse al dispositivo de seguridad que comenzó a acompañarla a todas partes y a adoptar la costumbre de utilizar ‘expresiones clave’ en sus conversaciones. En lugar de usar el nombre del nieto de Isabel II para preguntar por su floreciente relación, por ejemplo, ellos decían
"¿qué tal va todo en Londres?”.
Según reveló Wendell Pierce, que daba vida al papá de Meghan en la serie, ella también tenía mucho cuidado para no mezclar realidad y ficción y acabaran publicando titulares inoportunos. Por esa razón, no podía dejarse ver en público con el anillo de compromiso falso que tenía que usar al interpretar a su personaje, Rachel después de que, Mike Ross, le propusiera matrimonio en la serie.
Los guardaespaldas le recordaban que escondiera el anillo
“Hubo una vez que estábamos rodando una escena en exteriores, antes de que ella se comprometiera con Harry, pero Mike y Rachel ya estaban comprometidos en la trama. Los guardaespaldas le dijeron que no se bajara del coche. Le pidieron que les diera antes el anillo falso porque había paparazzi en la calle”, dijo Pierce en una entrevista a la cadena de televisión KTLA 5.
