A menos de un mes de que se suscitara la visita de Estado de los reyes de España a Holanda, ha trascendido una historia similar, solo que esta vez protagonizada por los recién proclamados reyes de Dinamarca, Federico X y Mary Donaldson, quienes han acudido al encuentro con sus homólogos, los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia.
Dicho encuentro real en Estocolmo no se acotó solo a la reunión de los miembros reinantes de las respectivas Casas Reales, sino que también como parte del itinerario, los royals daneses se han topado cara a cara con la pareja heredera del reino sueco, conformada por la princesa Victoria y su esposo Daniel.
Tal encuentro a su vez representó un versus de looks, similar a los que anteriormente ya se ha enfrentado la reina Mary con otras royals, como Letizia Ortiz, solo que en esta ocasión la australiana jugó cartas diferentes.
El duelo de looks entre Victoria de Suecia y Mary de Dinamarca
Para su primer enfrentamiento, suscitado después de que la pareja real heredera les diera el recibimiento a sus invitados en el Ayuntamiento de Estocolmo, Victoria ha recurrido a un vestido de color rosa. Este novedoso y coqueto diseño estuvo firmado por el diseñador Christer Lindarw.
Como contraataque, Mary ha apostado por lucir un vestido blanco firmado por Mark Kenly Domino Tan, complementado con una capa color azul marino y un tocado de la marca británica Jane Taylor London.
Posteriormente, el duelo ha continuado con un par de looks de gala, los cuales fueron lucidos en la cena ofrecida para los reyes daneses. Para dicho enfrentamiento de moda, tanto Victoria como Mary recurrieron a las mejores piezas de su armario.
Por su parte, la reina Mary sacó de su maleta de viaje un diseño que corrió a cargo del diseñador Jesper Høvring, el cual complementó cada uno de sus tonos y cortes con la tiara de rubíes, una de las joyas más importantes del joyero de los Glücksburg.
Del otro lado, Victoria recurrió para este elegante encuentro a un vestido en color azul, cubierto con brillantes, de Christer Lindarw. El esplendor de modelo, salido como de un cuento de hadas, fue elevado aún más con un clutch con acabado translúcido de plexiglass, firmado por Gucci y la Tiara Diamante Connaught.
Por último, como jugada final las royals han recurrido a diseños mucho más sobrios: Victoria recurriendo a un Roland Mouret adscrito a la estética Barbiecore y Mary a un vestido Birgit Hallstein Couture, complementado con una recatada capa de Oscar de la Renta.