¿De dónde vienen los Grimaldi?

¿De dónde vienen los Grimaldi?

Bodas, divorcios, juergas y líos salpicados de muertes y desgracias han formado parte de esta familia de origen genovés

La historia de una de las familias reinantes más longevas del mundo parte el 8 de enero de 1297, cuando Francesco Grimaldi, conocido como el Malicioso, desembarcó en Mónaco, disfrazado de monje franciscano, huyendo de las luchas internas que se vivían en su Génova natal. Los Grimaldi, una familia rica, que además de comerciantes eran guerreros reputados, tomaron partido por los güelfos, aliados del Papa, enfrentados a los gibelinos, ligados al emperador romano-germánico. Estas luchas obligaron a los Grimaldi, como perdedores, a exiliarse en tierras vecinas, apoderándose de Le Rocher (La Roca), como se conoce al estado de Mónaco. Francesco Grimaldi lideró aquel exilio y, de aquella travesía, quedan como testimonio los dos monjes armados que forman parte del blasón de la familia. Los Grimaldi perdieron la fortaleza monegasca cuatro años después, pero tres décadas más tarde la recuperó Carlos I, considerado el verdadero fundador del principado. Desde entonces, sus descendientes se han sucedido en el poder y han sobrevivido frente a los poderosos reinos de España, Francia e Italia. Para la periodista y escritora María Eugenia Yagüe, autora del libro Los Grimaldi, esta familia “es muy particular, diferente y singular. No se parece en nada a ninguna otra familia real o principesca”. Foto de archivo tomada el 7 de agosto de 1997 de los componentes de la familia Grimaldi en el baile de la Cruz Roja en Montecarlo, Mónaco. (De izq a der) el príncipe Rainiero acompañado de sus hijos: la princesa Carolina, el príncipe Alberto y la princesa Estefanía. En la imagen superior: Foto oficial de la familia real monegasca con motivo del vigésimo aniversario de la boda de Rainiero y Grace Kelly. Arriba, de izquierda a derecha: Alberto, Estefanía y Rainiero. Sentados: Carolina y Grace Kelly (Mónaco, 26-4-1976). UNA FUENTE INCESANTE DE EMOCIONES Yagüe ha profundizado en la historia de esta familia que ha dirigido durante más de setecientos años al país más pequeño del mundo (de apenas dos kilómetros cuadrados), después del Vaticano. “No le falta nada”, explica. La autora de Los Grimaldi reconoce que esta familia ha pasado inadvertida durante mucho tiempo, aunque aporta datos curiosos de algunos de los antepasados de Rainiero (1923-2005), padre del actual príncipe Alberto II. Según la especialista, Rainiero era nieto de una cabaretera que posaba desnuda para un fotógrafo y bisnieto de una lavandera de Constantina, ciudad del interior de Argelia. Datos que no se han podido ocultar pero que no aparecen en la genealogía oficial de los Grimaldi, según Yagüe, que establece un antes y un después en la historia de esta familia en la multitudinaria boda de Rainiero y la actriz estadounidense Grace Kelly (1929-1982), el 19 de abril de 1956. “Rainiero se casa con una estrella de Hollywood en su mayor apogeo, con una mujer bellísima y en lo mejor de su carrera. Grace aporta atención mediática, dinero, turismo y unas relaciones internacionales que Rainiero no había conseguido siendo príncipe. Lo más florido de Hollywood (Frank Sinatra, David Niven) viene a Mónaco y le da una dinámica social que antes no tenía”, comenta la experta. La autora de Los Grimaldi recuerda la anécdota de la madre de Grace Kelly, “que creyó que su futuro yerno era el rey de Marruecos”. Esta boda “envolvió al país en un halo de leyenda. Aunque no siempre de color de rosa. El Mónaco de los últimos Grimaldi merece figurar en un apasionante guión digno de una tragicomedia: bodas y divorcios sonados, accidentes brutales, tragedias, estafas y guerras de familias. A los Grimaldi les ha pasado de todo, son una fuente incesante de emociones”. El príncipe Alberto II de Mónaco a su llegada en compañía de su hermana, la princesa Carolina, y de Charlene Wittstock, el 27 de marzo de 2010, al tradicional Baile de la Rosa que se celebra en Mónaco UNA BODA EN BUEN MOMENTO Venturas y desventuras han ido ocurriendo en la vida de Rainiero y Grace y sus tres hijos, Carolina (1957), Alberto (1958) y Estefanía (1965). “La imagen de los tres hijos Grimaldi se ha asociado desde siempre al escándalo”, que sitúa las muertes de Grace Kelly, en un desgraciado accidente de tráfico en 1982, y del segundo marido de Carolina, Stefano Casiraghi (1990), en una prueba náutica, como dos momentos que han marcado profundamente a esta familia. La boda de Alberto II, quien tomó el poder tras la muerte de su padre Rainiero en 2005, y la sudafricana Charlene Wittstock llegó “en un buen momento”, según Yagüe, aunque recuerda la anécdota vivida por un joven Raineiro que dejó plantada a una amante gitana y esta, despechada, le echó un juramento: “Ningún Grimaldi será feliz en el matrimonio”. Bajo esta maldición que persigue a los Grimaldi, Alberto perdió su soltería el 1 de julio de 2011. “Tiene 53 años (al momento de casarse) y, por imperativo legal, debe tener hijos, porque si no, el heredero será alguno de sus sobrinos (Andrea, hijo mayor de su hermana Carolina es el primero de la lista) y estos tienen una imagen de juerguistas, que no es apropiada para el principado. Se casa en un momento oportuno, con una chica discreta, con la ‘obligación’ de tener hijos inmediatamente”, detalla la escritora. En estos nueve años al frente del principado monegasco, Alberto “no ha aportado nada importante”, explica la autora de Los Grimaldi. “Ha estado muy marcado por la personalidad de su padre y las poderosas fuerzas económicas de Mónaco, que no le han dejado mucha libertad de acción. De todo lo que dijo que iba a hacer, la mitad no lo ha hecho”, matiza. Por su parte, el papel de la esposa de Alberto es muy valorado por esta periodista y escritora. “Hasta ahora lo está haciendo muy bien. No llama la atención por nada escandaloso y deja a su esposo todo el protagonismo, al contrario de otras princesas europeas, que destacan mucho más que sus maridos. Charlene está en un segundo plano y las declaraciones que ha hecho son muy prudentes. También ha ayudado sus cuñadas, que le han dejado su sitio”. Precisamente, este alejamiento de las hermanas de Alberto de Mónaco, principalmente de Carolina, es lo que explica que se esté perdiendo el interés mediático por esta familia. Para Yagüe, “Carolina es la digna heredera de su padre, mucho más importante que su hermano. Con la hija mayor de Raineiro en segunda plano, que es lo que está haciendo desde hace unos años dejando el protagonismo a Alberto, se extingue el interés glamoroso por los Grimaldi. Vivimos en una etapa de mediocridad internacional en todos los ámbitos, y Mónaco y Alberto II no se escapan de ello”. La familia Grimaldi el 6 de agosto de 2004. De izquierda a derecha: la princesa Estefanía, su padre, el príncipe Rainiero, Alberto de Mónaco, el príncipe Ernesto de Hanover (aún esposo de Carolina), la princesa Carolina; Ann de Massy, hija de la princesa Antoinette, hermana de Rainiero, y la propia princesa Antoinette. Por: Redacción Vanidades / Fotos: Archivo

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