A los 60 años, el príncipe se dedica a cuidar su fortuna, a viajar y a pasarla bien con mujeres mucho más jóvenes que él
Todo sigue siendo un misterio, pues nadie habla del estatus matrimonial de la princesa Carolina de Mónaco. Y quizás nadie se alegre más de ver a la solitaria Carolina, de 57 años, que Chantal Hochuli, su ex amiga y primera esposa del príncipe Ernesto de Hannover. Chantal estuvo casada con él durante 17 años y la princesa la “traicionó", pues sin que ella se diera cuenta, “le quitó el marido”. ¡Sí, eso fue lo que dijo Chantal cuando Carolina y Ernesto se hicieron amantes! Y hasta el día de hoy, desde su casa en Londres, Chantal, quien es heredera de una gran fortuna de chocolates suizos, sigue resentida con la princesa por lo que le hizo.
Pasado el escándalo inicial, Carolina, quien estaba embarazada de casi cinco meses, se casó en 1999, a los 42 años, con el aristocrático príncipe alemán, quien ahora tiene 60 años. Parecían una pareja feliz. Con los tres hijos de la princesa y los dos de Ernesto formaron una gran familia, a la que se unió cuatro meses más tarde la princesa Alexandra de Hannover, quien es¡la viva estampa de su padre! Así pasaron varios años, en los que se destacó muy pronto el comportamiento grosero y escandaloso del príncipe: desde orinar en público, en una Feria Mundial en Alemania, hasta golpear a numerosas personas e insultar a otras tantas. También tuvo muchos incidentes donde su alto consumo de alcohol incluso le impidió acompañar a Carolina a importantes eventos, como la boda del príncipe Felipe con Letizia Ortiz, en la que ella tuvo que desfilar sola por la alfombra de honor, mientras su marido dormía en el hotel. (Lo más desagradable es que Ernesto primo hermano de la reina Sofía de España, quien se indignó con su comportamiento.)
Años más tarde, en el 2005, cuando Rainiero de Mónaco estaba ingresado en un hospital de Mónaco, ya moribundo, en otro piso Ernesto se debatía entre la vida y la muerte con una grave pancreatitis producida por el alcohol. Afortunadamente, se recuperó. Recuerdo que después de eso, conocí a la pareja en Nueva York, en un almuerzo de la Princess Grace Foundation, y me asombró mucho que el príncipe bebiera sin control mientras Carolina ni siquiera lo miraba. ¿Cómo era posible que siguiera ingiriendo licor cuando se lo habían prohibido terminantemente?
FOTOGALERÍA: ERNESTO DE HANNOVER ANTES DE SEPARARSE DE CAROLINA
Un nuevo escándalo no se hizo esperar. La separación se produjo cuando la prensa lo mostró besándose con una marroquí de 22 años, llamada Myriam, en una playa de Phuket, Tailandia. Desde entonces la revista Bunte ha mostrado a Ernesto en distintas playas, con chicas mucho más jóvenes y de reputación dudosa, incluyendo a Simona, una ex bailarina rumana que posó en anuncios para burdeles austríacos. ¡Un estilo de vida que continúa llevando! Carolina y Ernesto fueron vistos juntos por última vez en el International Jumping Show de Montecarlo, en el 2009; poco después ella y la princesa Alexandra se fueron a vivir a Mónaco, dejando la casa familiar en el área de Fountainbleau, en París, y los castillos de los Hannover, en Alemania. En este último país, Carolina, quien estaba enamoradísima de Ernesto, trató de adaptar su vida al estilo alemán, y se le veía en ferias vestida de “aldeana alemana”.
En ese momento comenzó “el gran silencio” del palacio de los Grimaldi, donde curiosamente se siguen refiriendo a Carolina como “su alteza la princesa de Hannover”. Claro, un divorcio oficial sería muy costoso, porque según las leyes alemanas, Carolina tiene el derecho de recibir el 50% de la fortuna de 9 mil millones de dólares de Ernesto. Quizás sea por eso y por proteger el patrimonio de su hija Alexandra, que en 2010 la princesa defendió a Ernesto en el juicio que lo acusaba de golpear al dueño de un nightclub de Kenia, lo que había sucedido una década antes.
El príncipe Ernesto de Hannover, “el hombre que hubiera podido ser rey de Inglaterra”, se hizo famoso por su matrimonio con la princesa Carolina. Y por esos designios de las dinastías, no es rey de Inglaterra porque en 1837, el trono (en manos de los Hannover) pasó inesperadamente a la reina Victoria, sobrina del último rey, y se dividió en dos reinos: el de Inglaterra y el de Hannover. Entonces la rama del padre de Ernesto, descendientes del “rey loco” George III, quien era príncipe de Hannover, fue eliminada de la sucesión al trono inglés.
¡Si la historia hubiera seguido su curso, Ernesto Augusto podría llevar la corona y vivir en el palacio de Buckingham! El príncipe nació en Hannover, Alemania, y es hijo de Ernesto Augusto IV y de la princesa alemana Ortrud de Schleswig-Holstein-Son- derburg-Glücksburg. Se casó en 1981 con la plebeya millonaria suiza Chantal Hochuli, tuvieron dos hijos -Ernesto y Christian- y formaban una familia feliz, que vivía entre Londres, París y sus palacios alemanes, entre ellos el castillo de Marienbourg. Todo iba muy bien entre ellos, hasta que Carolina, una de las mejores amigas de Chantal y viuda de Stefano Casiraghi, comenzó un affair con Ernesto, lo que provocó un ataque de nervios en Chantal, quien lo llamó “horrible adulterio”.
El príncipe hoy se dedica a cuidar su fortuna, a viajar y a pasarla bien. Al casarse con una princesa católica tuvo que pedir simbólicamente permiso a la reina Isabel II y perdió sus derechos de sucesión a la corona inglesa. Esta fue una señal de que debió haber querido mucho a Carolina. Aunque dicen que en Inglaterra “nadie quiere ver a Ernesto ni en pintura”, sus hijos son criados como protestantes, para que no pierdan sus derechos de sucesión al trono británico.
FOTOGALERÍA: ERNESTO DE HANNOVER ANTES DE SEPARARSE DE CAROLINA