Cuando un miembro de la realeza fallece, surge la pregunta sobre el destino de sus posesiones personales, especialmente sus icónicas joyas y vestimenta. A lo largo de la historia, los tesoros reales han pasado de generación en generación, pero ¿qué sucede exactamente con estos objetos tras la muerte de un royal?
De acuerdo con diversos medios internacionales, las joyas de la realeza suelen dividirse en dos categorías: las piezas personales y las que pertenecen a la Corona. Las joyas de la Corona, como las de la familia real británica, son propiedad del Estado y permanecen en colecciones oficiales. Sin embargo, las joyas personales, aquellas adquiridas por un royal durante su vida, pueden heredarse según su testamento o la tradición familiar.
Quién heredó las joyas de la reina Isabel II y Lady Di
En el caso de la reina Isabel II, muchas de sus joyas personales fueron heredadas por su familia directa, principalmente la reina Camilla, Kate Middleton, princesa de Gales, y sus nietas. Algo similar ocurrió con Lady Di: tras su fallecimiento, sus hijos, los príncipes William y Harry, heredaron sus joyas, y posteriormente, Meghan Markle y Kate Middleton han lucido algunas de sus piezas más emblemáticas de la princesa Diana.
El destino de la ropa real luego de su fallecimiento
La ropa de los royals suele manejarse con mayor discreción. Algunas prendas icónicas pueden exhibirse en museos, como los vestidos de gala de la princesa Diana, que han sido subastados o expuestos. Otras prendas son donadas a organizaciones benéficas o conservadas por la familia como recuerdo.
En muchos casos, la ropa no se hereda de la misma forma que las joyas, ya que la moda real sigue protocolos estrictos. Sin embargo, ciertas piezas, como abrigos, vestidos y accesorios con valor sentimental, pueden pasar de una generación a otra. Un ejemplo es la princesa Charlotte, quien ha llevado piezas como el emblemático broche que perteneció a su bisabuela, la reina Isabel II.
Los tesoros de la realeza continúan su historia, asegurando que el legado de cada monarca perdure a través de los siglos.
