El mes de junio fue recibido con pompa y platillo por los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta, quienes luciendo su actitud más diplomática presidieron la tradicional cena de recepción al Cuerpo Diplomático, celebrada en el Palacio Real de Ámsterdam.
Y, como ya es costumbre después de todos los actos de la Corona neerlandesa, la sonriente reina argentina se volvió noticia gracias a su sofisticado estilismo, el cual, en esta ocasión estuvo conformado por dos piezas que tras de sí esconden toda una historia de nostalgia: un vestido estrenado por la soberana hace 13 años y la emblemática tiara de Pavo Real, perteneciente al joyero de los Orange- Nassau.
Con la conjunción de esas dos icónicas prendas, Máxima demostró que no es necesario recurrir a prendas de estreno para lucir deslumbrante, pues tal y como lo hizo en 2011, logró verse sofisticada en su diseño de Natan.
Por su parte, la tiara requerida por la consorte también forma parte de las piezas con más historia de la dinastía de la Casa Real de los Países Bajos, por lo que a continuación te presentamos un resumen general de su origen.
La historia de la tiara de Pavo Real con la Máxima de Holanda complementó su look más nostálgico
Los orígenes de la tiara desempolvada recientemente por Máxima de Holanda para la recepción al Cuerpo Diplomático se remontan a los tiempos de la reina Wilhelmina de los Países Bajos, hija de Guillermo III.
La pieza había sido diseñada exclusivamente para ella por el grupo de artesanos Eduard Schürmann & Co. Con una serie de rubíes en el diseño ésta pasó a formar parte de la colección de la Familia Real de Holanda.
Además de rubíes, esta corona posee incrustados diamantes, con un trazo al estilo Art Nouveau, el cual ha cautivado a las más nuevas generaciones de los Orange-Nassau, quienes siempre recurren a ella para sus eventos más importantes.
La princesa Irene, nieta de la reina Wilhelmina fue la siguiente en utilizarla. Sin embargo, por mucho tiempo esta joya no pasó a manos de otras royals, debido a que se rumoreaba que su última propietaria la había perdido. Sin embargo, este rumor perdió vigencia en 2005, cuando después de que la pieza no fuera vista en 40 años, la reina Máxima reapareció con ella, luciéndose con el collar a juego.
En tiempos más recientes, Máxima ha prestado esta pieza a su hija mayor, Amalia de Orange, quien debutó utilizando la histórica tiara en la boda del príncipe Hussein en Jordania en 2023 y más tarde la reutilizó en su primera cena de gala, sucedida en presencia de los reyes de España Felipe VI y Letizia Ortiz.