Este 14 de enero se cumple un año del inicio del reinado de Federico X de Dinamarca. Un acontecimiento que ha dado de qué hablar por los momentos tan icónicos que ha dejado, comenzando por el beso que protagonizó en el balcón del Palacio de Christiansborg junto a su consorte, la reina Mary, el día que fue proclamado rey.
Asimismo, este primer año ha sido clave para consolidar el liderazgo de Federico tras la histórica abdicación de la reina Margarita II, quien dejó el trono después de más de cinco décadas al frente de la corona danesa y con una popularidad cercana al 80 por ciento. Por ello es que ahora los ciudadanos han depositado su confianza en el actual monarca, sobre todo por el enfoque modernizador y su firme compromiso con la continuidad institucional.
Los cambios que ha implementado Federico de Dinamarca en la Casa Real
Desde el principio, Federico X ha combinado la tradición con un estilo renovado que refleja los valores contemporáneos de la sociedad danesa. En los últimos 12 meses, ha impulsado reformas en la estructura de la Casa Real, enfocándose en reducir su tamaño y hacerlo más accesible.
Entre las medidas que ha implementado se encuentran la de terminar con el sistema de proveedores de la corte real. Una distinción que se daba a empresas que suministraban bienes o servicios a la Casa Real danesa. Además del retiro de Lene Belleby como jefa de comunicación del palacio. Una vacante que ocupará Nina Z. Munch-Perrin a partir de febrero de este año.
También, otro de los cambios que llevó a cabo el monarca danés fue el escudo de armas de la Casa Real ya que le hizo una modificación que ha dado de qué hablar. Originalmente, este escudo presentaba tres coronas que representan el símbolo de la Unión de Kalmar entre Dinamarca, Noruega y Suecia. Pero en la versión actualizada estas coronas fueron reemplazadas por un oso polar que simboliza a Groenlandia y un carnero que representa las Islas Feroe.
Mientras que en el ámbito internacional, Federico ha representado a Dinamarca en cumbres y reuniones clave, destacando su papel en la lucha contra el cambio climático. Además de liderar varias iniciativas relacionadas con la sostenibilidad.
En el plano personal, por su parte, Federico y Mary de Dinamarca han logrado fortalecer su imagen de unidad y apoyo mutuo. Los gestos de complicidad entre ambos han sido constantes, algo que comenzó con el icónico beso de proclamación y que ha continuado durante el año, subrayando la estabilidad de su matrimonio y su papel como pilares de la monarquía.
Por otro lado, la celebración de este aniversario no solo marca un hito en su vida personal y profesional, sino también un nuevo capítulo para Dinamarca bajo el liderazgo de un monarca que promete seguir modernizando la corona sin perder de vista sus raíces.
