Cuando los royals esperan un bebé

Kate Middelton, Meghan Markle, Lady Di, royals

Las princesas más guapa del mundo, según la inteligencia artificial

Getty Images

Entre la realeza, tener un hijo no es sencillo. Un repaso a los embarazos memorables y detalles del estricto protocolo a seguir.

El próximo bebé real en el Reino Unido será el de Meghan Markle y el príncipe Harry, quien vendrá al mundo a finales de abril o principios de mayo. Y aunque es sabido que la duquesa de Sussex se salta de vez en cuando la etiqueta, hay muchos ’no’ cuando se trata de cuidar la imagen de un embarazo.

Por generaciones, la casa real decide cómo organizar la llegada de un pequeño royal, ¡y más cuando se espera al séptimo en el orden de sucesión de la Corona!

Éstas son normas que Meghan no puede cambiar, ya que el protocolo ha sido seguido por distintas generaciones de la familia real, incluyendo a su concuña Kate, duquesa de Cambridge, a su fallecida suegra, la princesa Diana y, por supuesto, a la propia reina Isabel II.

Meghan Markle, Harry

Nada de ‘revelaciones’ y hospitales no permitidos

Una de las reglas es que Meghan y Harry no pueden revelar el sexo del bebé. El resultado del ultrasonido sólo lo pueden compartir con la reina Isabel II y no con otros familiares o amigos íntimos.

Eso me lleva a pensar que la exactriz, tan apegada a su madre, no podrá decirle si tendrá un nieto o una nieta. ¿Absurdo? ¡No puedo creer que no le cuente a Doria!

Un hecho esperado es que el parto ocurra en el hospital St. Mary’s de Londres, donde nacieron William, Harry y los pequeños George, Charlotte y Louis.

La princesa Diana fue la primera royal que no dio a luz en Buckingham o en Kensington (como solía ocurrir cuando lo estableció así la reina Victoria, quien organizaba el parto en un minihospital temporal habilitado en los palacios) y Kate nunca dudó que, igual que Diana, daría a luz en el St. Mary’s, siguiendo la nueva tradición.

Pero ahora que los duques viven en Frogmore Cottage, en los predios del castillo de Windsor, ¿no es mejor buscar un centro médico cerca de casa? Y es que si el alumbramiento resultara inesperado, el camino a St. Mary’s desde Windsor tomaría mínimo una hora; razón por la cual se rumora que el nacimiento podría suceder en el hospital Frimley Park, en Surrey, a 40 km de su nuevo hogar. Fue ahí donde la condesa Sophie de Wessex tuvo a sus dos hijos, así que sí hay una relación entre la realeza y ese espacio. Otra posibilidad es que la duquesa de Sussex tenga un parto casero. Como sea, la pareja de rebeldes desafía de nuevo a las tradiciones, aunque ahora por seguridad y practicidad.

Hay que olvidarse de estar muy activa

La esposa de Harry (y cualquier futura madre de un bebé real) no puede viajar, por eso la travesía a Australia y al Pacífico, que hizo al inicio de su embarazo, fue criticada. Tampoco puede beber alcohol, fumar, hacer ejercicios bruscos, montar bicicleta o caballos. Y aunque no tiene que ‘guardar reposo’ como sucedía antes, no debe tomar riesgos. Luego, al dar a luz, dejará sus actividades oficiales durante al menos cuatro meses.

Ropa adecuada y nada de apodos

Cuando han nacido, los niños reales deben seguir un código de vestimenta. No los verás jamás con camisetas estampadas con superhéroes o princesas de caricatura. El protocolo es riguroso: los varones deben usar pantalón corto hasta los ocho años y las niñas vestido y cárdigan, ¡y nada de pantalones o leggings!

Por otro lado, aunque a nivel privado los bebés tengan apodos cariñosos, desde recién nacidos, en presencia de otras personas, hay que llamarlos por su nombre completo. El príncipe George es ‘George’, no ‘Georgie’, ‘Jorgito’ o ‘Calabacita’.

¿Otra restricción que afecta a los royals? Las selfies están prohibidas a cualquier edad y circunstancia, ¿se imaginan? No pueden tomarse fotos ellos mismos, ni con alguien que se los pida.

Embarazos emblemáticos e históricos

Éstas son algunas de las esperas de pequeños royals que mantuvieron en vilo al mundo.

Kate, duquesa de Cambridge

Cortó las salidas desde el comienzo de sus embarazos de los príncipes George, Charlotte y Louis, esto debido a una condición llamada hiperémesis gravídica, que provoca fuertes náuseas y mareos en el primer trimestre. En los dos primeros, incluso, tuvo que ser hospitalizada, aunque con el del príncipe Louis se sintió mucho mejor.

William, Kate

Princesa Diana de Gales

También sufrió hiperémesis gravídica y se desmayó en una ocasión estando embarazada del príncipe William. En sus confesiones al escritor Andrew Morton, dijo: “El mundo se derrumbaba a mi alrededor, no comía ni dormía bien. Los vómitos eran horribles y sólo podía estar acostada. Con Harry me sentí bien, pero con William fue espantoso porque mi esposo no me creía. Eso lo hacía todo peor”.

Reina Isabel II

Tuvo cuatro embarazos muy distintos. En el primero, cuando esperaba al príncipe Carlos en 1948, tenía 22 años y vivía feliz en la isla de Malta con el príncipe Felipe, quien era parte de la Marina Real Inglesa. Y aunque la entonces princesa sufrió vómitos al inicio, la pareja llevaba una vida social activa y ella vivía la que describió “la etapa más feliz de mi vida”. Durante el embarazo de la princesa Ana vivieron igual los primeros seis meses y se mudaron a Londres los últimos tres. Pero cuando se convirtió en reina todo cambió. Durante los embarazos de Andrés y Eduardo, el protocolo, incluso, le impidió ir a la ceremonia de apertura del Parlamento, las dos únicas ocasiones en que no ha estado presente en su largo reinado.

Reina Isabel II

Sarah Ferguson, duquesa de York

Como su esposo, el príncipe Andrés, estaba 90% del tiempo viajando con la Marina Real Inglesa, Fergie comía todo el tiempo. En su embarazo de la princesa Beatrice (cuenta en su libro My Story) no paraba de hacerlo.

“Mientras más salchichas y sándwiches con mayonesa comía, más quería. Me sentía triste y lucía como un elefante”. Con el de Eugenie, Sarah se sintió mejor, ya que Andrés comprendió su depresión y pasó más tiempo con ella.

Sarah Ferguson

Sophie, condesa de Wessex

La esposa del príncipe Eduardo, hijo menor de Isabel II, tuvo dos muy problemáticos. En 2001 perdió un bebé y en 2003 casi le cuesta la vida por complicaciones en el embarazo de su hija Louise. Fuertes dolores la llevaron al hospital seis semanas antes de tiempo y fue intervenida en una operación en la que se temió por su vida y la de la niña. Cuatro años más tarde nació James y Sophie se atrevió a ir al aniversario de Diamantes de la reina Isabel II y el príncipe Felipe un mes antes de dar a luz.

Sophie, condesa de Wessex

Princesa Margarita

La rebelde más famosa de la familia antes de la llegada de Diana, fue la hermana menor de Isabel II. Una mujer bella y sofisticada que hacía lo que quería. Casada con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones, conde de Snowdon, dejó sus salidas oficiales tan pronto quedó embarazada, ya que la aburrían, pero a nivel privado continuó yendo a fiestas y siguió bebiendo y fumando ¡durante sus dos embarazos! Sus hijos Lady Sarah Chatto y el vizconde Linley de milagro nacieron sin problemas.

Princesa Margarita

Princesa Ana del Reino Unido

“The Princess Royal” es la única hija de Isabel II. Ama tanto los caballos que, aun esperando a Peter y a Zara Phillips, montó y asistió a competencias, incluso, pocos días antes de dar a luz. Con discreción hace siempre lo que quiere. Se divorció del padre de sus hijos, Mark Phillips, luego de 19 años, cuando se enamoró de su actual esposo, Tim Laurence. Dijo sentirse aburrida durante sus embarazos.

Princesa Ana del Reino Unido

Por: Mari Rodriguez Ichaso / Foto: Getty Images
Relacionado