Constantino II de Grecia, rey de los helenos y príncipe de Dinamarca, nació el 2 de junio de 1940, en Psychiko, en las afueras de Atenas. Sus padres, los entonces príncipes Pablo de Grecia y de Dinamarca y Federica de Hannover, pertenecían a la Casa de Schleswig-Holstein-Sonder- burg-Glücksburg, una rama de la dinastía danesa de Oldenburg. Su árbol genealógico contaba con ocho reyes de Dinamarca, dos emperadores alemanes, cinco reyes de Suecia, siete zares de Rusia, un rey y una reina de Noruega, la reina Victoria de Gran Bretaña y cinco reyes de Grecia. Antes de Constantino, había nacido en Atenas su hermana Sofía de Grecia y de Dinamarca (actual reina de España, casa- da con el rey Juan Carlos I).
El inicio del final de la casa real de Grecia
El 23 de abril de 1941, el rey Jorge II (hermano del príncipe Pablo) y su gobierno se refugiaron en Creta. Pablo y Federica con sus hijos también fueron evacuados a Creta. Italia había invadido una parte de Grecia y luego, con la intervención de Alemania, fue invadida por completo durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando la isla fue bombardeada por los nazis, Pablo y su familia se vieron obligados a expatriarse y fueron a Sudáfrica. En Ciudad del Cabo nació, el 11 de mayo de 1942, la princesa Irene de Grecia y de Dinamarca, hermana menor de Constantino.
En 1944, Pablo y Federica se trasladaron con los niños a El Cairo, Egipto, para reunirse con Jorge II, quien seguía siendo reconocido y apoyado internacionalmente por el gobierno en el exilio y por las tropas griegas que luchaban en el Medio Oriente. Pero según cuenta el biógrafo John Van der Kiste en su libro Kings of the Helenes, al poco tiempo todos tuvieron que exiliarse en Londres, Inglaterra, aparentemente presionados por algunos ministros del gabinete del rey Faruk de Egipto.
Al final de la guerra y una vez liberada Grecia en 1946, la familia real regresó a Atenas tras celebrarse un plebiscito por el cual el pueblo griego expresó su apoyo a la monarquía. —Al fin estamos en casa— exclamaron Pablo y Federica, emocionados. Ellos se instalaron con sus tres hijos en el palacio real de Tatoi, su residencia favorita, una propiedad campestre a 20 kilómetros (12,5 millas) de Atenas, pero encontraron el país al borde de un colapso económico y dominado por una gran inestabilidad política por causa de la guerra civil.
La salud del rey comenzó a declinar. Padecía de arteriosclerosis en etapa avanzada, que es un endurecimiento o estrechamiento de las arterias que llevan sangre y oxígeno al corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo. El 1o abril de 1947, Jorge II fue encontrado muerto en su dormitorio del palacio real de Atenas. —La enfermedad le ganó la partida tan solo a los 56 años de edad— exclamó uno de sus ayudantes.
Jorge no había tenido hijos con su esposa Isabel de Rumania, la reina consorte, de quien se había divorciado en 1935. Su hermano Pablo era su sucesor y ascendió al trono de Grecia como Pablo I y su esposa fue conocida como Federica de los Griegos. Constantino, a su vez, fue proclamado heredero de la corona. Ingresó en el colegio de Anavreta, donde se hizo muy popular.
—Constantino era un buen estudiante y tenía un carisma excepcional— expresó uno de sus profesores.
Los inicios de Constantino de Grecia, el rey sin trono
A los 16 años de edad, Constantino empezó a recibir la educación que lo prepararía para sus futuras funciones de rey. En julio de 1956 fue nombrado cabo de los comandos especiales, y en 1958 juraba como oficial de las Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire.
En 1959, Constantino comenzó sus estudios de Derecho Constitucional y Economía Política en la Universidad de Atenas. Ese mismo año acompañó a sus padres en visita oficial a Dinamarca, donde conoció a quien sería su futura esposa: Ana María Dagmar Ingrid de Dinamarca, la hija menor del rey Federico IX y de la princesa Ingrid de Suecia, reina consorte, pertenecientes a las Casas de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg y Mecklenburgo-Schwerin, respectivamente. A su vez, eran los padres de la princesas Margarita de Dinamarca (futura reina de Dinamarca), y de la princesa Benedicta de Dinamarca.
La historia de amor entre Constantino de Grecia y Ana María de Dinamarca
Nacida el 30 de agosto de 1946, en el palacio de Amalienborg, en Copenhague, Ana María era una bella adolescente de solo 13 años de edad cuando conoció a Constantino, un apuesto joven de 19 años. A pesar de la diferencia de edad, entre ellos surgió una simpatía muy especial. La distancia entre Dinamarca y Grecia era enorme, por lo que era difícil que se les presentara un nuevo encuentro. Ana María y Constantino volvieron a encontrarse en Dinamarca por segunda vez en 1961. Para entonces ella tenía 15 años y su belleza juvenil cautivó a Constantino. Conversaron mucho y se sentían muy a gusto juntos.
—¿Sabes?— le dijo él —Eres una persona muy especial para mí. —Y tú también para mí— se atrevió a responderle ella. A su regreso a Grecia, Constantino les dijo a sus padres. —Me gustaría comprometerme con Ana María de Dinamarca. Tengo intenciones de casarme con ella.
A los reyes les agradó la idea, y solo le dijeron que él tendría que esperar a que la princesa se preparase más y fuese más madura. De la misma manera pensaron los reyes de Dinamarca.
Ana María había estudiado en la Escuela Natalie Zahle de Copenhague, y en 1962 fue internada en la Escuela Chatelard, un colegio inglés para niñas, en las afueras de Montreux, Suiza. En mayo de ese año fue la boda de la princesa Sofía de Grecia, quien que se casó con Juan Carlos de Borbón en Atenas. Ana María fue una de las damas de honor de la novia y ahí comenzó el romance entre Constantino y ella.
El encuentro fue emocionante. La princesa solo tenía ojos para su príncipe y él para ella. Comenzaron un idilio en secreto, pero todos se dieron cuenta. —Porque el brillo de sus ojos los delataba cuando bailaban o hablaban— comentó una invitada.
En 1963, Ana María entró en el Instituto Le Mesnil, también en Montreux, enfocado en ciencias sociales. Pero ella volvió a Grecia invitada a las celebraciones de los 10 años de la ascensión al trono de la Casa de Glücksburg y de nuevo pudo estar con Constantino. Cuando su madre, la reina Ingrid, se enteraba de las visitas, se molestaba. —Constantino está distrayendo a Ana María de sus estudios— se quejaba.
Para los monarcas de Dinamarca su hija aún era muy joven para el amor. Pero el mayor obstáculo era el religioso. En Dinamarca, la religión oficial es el cristianismo, de tipo protestante luterano, y el monarca es la máxima autoridad de dicha iglesia. Constantino, por el contrario, pertenecía a la iglesia ortodoxa griega, la que juraba proteger como rey.
Según el escritor Stavros Koumous, en su libro Greece and Love, la princesa Ana María de Dinamarca y el príncipe Constantino estaban protagonizando uno de los romances más bellos y difíciles del siglo XX, que perdudó hasta nuestros días. Su historia de amor estuvo llena de risas y de lágrimas.
En 1963 se comprometieron con una sencilla petición de mano, pero el destino pronto dio un gran vuelco a sus vidas. En febrero de 1964, el rey Pablo I, padre de Constantino, fue operado de cáncer de estómago y falleció a las pocas semanas. Constantino ascendió al trono como Constantino II y Federica se convirtió en la reina madre. La princesa Ana María iba a cumplir 18 años el 30 de agosto. Constantino le dijo: —Tenemos que fijar una fecha para casarnos lo antes posible en Atenas. Así lo hicieron. Ana María estaba nerviosa porque la responsabilidad como reina consorte de Grecia era muy grande y la de darle herederos al corona, también.
A media mañana del día 18 de septiembre de 1964, el rey Constantino II se casó con Ana María de Dinamarca en la catedral Metropolitana de Atenas. Más de 300 mil personas del pueblo se acomodaron en las calles desde la noche anterior para ver pasar y aclamar a su rey y a su futura reina. Según el afamado periodista y escritor Jaime Peñafiel en su libro Mis bodas reales, el vestido de la princesa Ana María de Dinamarca era obra de Holger Blomm, un modisto danés de moda, y para la confección del mismo cuatro costureras habían estado trabajando en el propio palacio, durante una semana, día y noche, hasta la víspera. El traje era de inspiración del siglo XVIII, de satén recubierto por dos capas de tul y dos colas de largo desigual. El velo lo había usado en su boda su madre, la reina Ingrid. Ese día se celebró la boda y la coronación a la vez. Las dos coronas, obra maestra de la orfebrería rusa, habían pertenecido a los Romanoff, y ahora eran propiedad de la familia real griega.
Hijos y un reinado en peligro
Según la The World Book Encyclopedia, Constantino comenzó su reinado con gran apoyo del pueblo griego, pero un conflicto entre él y el primer ministro Papandreu, provocó que sus relaciones fueran deteriorándose. El rey empujó a Papandreu para que renunciase en 1965. Ana María estaba embarazada y dio a luz a su hija Alexia de Grecia.
Durante los dos siguientes años, Grecia experimentó inestabilidad parlamentaria y política, y un creciente malestar en el pueblo. En 1967 los militares tomaron el poder. En medio de esa turbulencia, el 20 de mayo, nació en Atenas el príncipe Pablo de Grecia y Dinamarca. Por ser el primer hijo varón, Pablo fue desde su nacimiento el heredero de su padre.
Meses más tarde, después de intentar derrocar a los militares con un “contragolpe” sin éxito, el 13 de diciembre los coroneles de la dictadura enviaron a apresar al rey en Kavala, y la familia real tuvo que exiliarse en Roma, donde nació el 1o de octubre de 1969 Nicolás de Grecia y Dinamarca. Después, toda la familia se trasladó a Copenhague, al palacio de Amalienborg.
En 1973, el régimen militar griego declaró a Constantino depuesto. El 15 de julio de 1974, y a consecuencia de la crisis de Chipre, que fue invadida por las fuerzas turcas, cayó la dictadura militar.
Se celebró un referéndum organizado por el gobierno provisional que abolió la monarquía en Grecia, y se convirtió en una república —Konstantinos Mitsotakis se convirtió en el líder de la Nueva Democracia.
Como resultado, la familia real perdió oficialmente todos sus títulos nobiliarios. Desalentados, Constantino, Ana María y sus hijos se establecieron en Londres; en 1983, les nació en Inglaterra su hija Theodora, quien trajo gran alegría al hogar, y dos años más tarde nació Felipe.
Su pasaporte lo identifica como Constantino, antiguo rey de los helenos. Fuera de Grecia, él es príncipe de Dinamarca por derecho propio. Mientras sus títulos oficiales no son reconocidos en Grecia, sí lo han sido en Dinamarca y, por cortesía en algunos países como el Reino Unido y España. Lo llaman Su Majestad, el rey Constantino II de Grecia, príncipe de Dinamarca.
El rey sin trono y su familia mantuvieron estrechas relaciones con sus familiares de la realeza de distintos países y sus vidas son seguidas con mucho interés en el mundo entero. Constantino II de Grecia murió a los 82 años por complicaciones de salud —pero si lo quieres ver en acción fuera del trono, apareció en el documental y largometraje Flying Clipper: viaje de ensueño bajo velas blancas, donde también participaron Grace Kelly y el príncipe Rainiero de Mónaco.
Originalmente publicado el 14/01/2023.