La monarquía danesa cuenta con una gran historia y legado; sin embargo, también guarda oscuros momentos como el de la princesa Elena de Dinamarca, quien fue desterrada de la realeza por apoyar el movimiento nazi.
Esta royal es probablemente uno de los miembros más controversiales de aquella nación, ¿pero por qué simpatizaba con el partido alemán y qué fue lo que desató su expulsión definitiva de la realeza? Hoy te lo contaremos a detalle.
¿Quién fue Elena de Dinamarca?
La princesa, nacida en 1888, fue la tercera hija del duque alemán Federico Fernando de Schleswig-Holstein y de su esposa, la princesa Carolina Matilde. Mientras que su llegada a la Familia Real Danesa se dio cuando se casó con el príncipe Harold, quien era hermano del rey Christian X de Dinamarca.
Aunque su nombre de pila era Elena Adelaida de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, al casarse con el hermano del monarca danés, pasó a ser conocida como Elena de Dinamarca.
Mientras que su enlace nupcial fue visto, en su momento, con buenos ojos, pero con el tiempo esta buena percepción sobre ella se fue desdibujando y pasó a convertirse en la persona más odiada de la realeza. Incluso, llegó a fundar un orfanato en 1920, por lo que su imagen de princesa piadosa fue un gran factor para ganarse el cariño de los daneses.
Elena de Dinamarca, la princesa más odiada
Si bien dentro de los actuales miembros de la Familia Real se han suscitado grandes polémicas como el supuesto affaire de Federico con Genoveva Casanova, estas no se comparan en nada con lo que hizo Elena.
Su camino hacia el destierro comenzó el 8 de abril de 1940, cuando Alemania invadió Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial. Este ataque, conocido como la Operación Weserübung, provocó que la ocupación alemana durara hasta el final del conflicto, en 1945.
En tanto que la Familia Real Danesa, como pudo, intentó resistir y mantenerse con todo y la censura de Hitler. Christian X y los suyos siguieron en la corona aunque, evidentemente, no simpatizaban con el partido Nazi; sin embargo, Elena sí apoyaba abiertamente a este movimiento.
Llegó a asistir a varias cenas con ocupantes y líderes de la Gestapo, y los invitaba también a su casa, además de que le pidió a su marido que permitiera la entrada de miembros nazis en el gobierno danés, lo cual afortunadamente no sucedió.
Mientras que estas acciones de la princesa hicieron no solo que toda la monarquía, incluidos su esposo y sus dos hijos, se alejaran de ella, pues también se ganó el rechazo de los daneses ya que, al terminar la guerra, fue expulsada de Dinamarca por órdenes del rey.
Si bien regresó varias veces para visitar a su esposo enfermo, cuando Harold murió, en 1949, fue echada definitivamente del país escandinavo. De hecho, Charles Binger, autor del libro La princesa odiada, afirmaba que “no podía haber un hogar en Dinamarca para la odiada princesa, que había reído y cenado con los nazis mientras su país de adopción sufría”.
Finalmente, Elena sí pudo regresar a Dinamarca años después y falleció en 1962, además de que fue enterrada en la catedral de Roskilde, ya que, como princesa, seguía formando parte de la realeza.
