El pasado 13 de julio, mientras algunos medios centraban su atención en los últimos preparativos para la respectiva asistencia de los royals a la final de la Eurocopa y Wimbledon, otros se volcaron completamente a cubrir el atentado en contra del ex presidente y candidato a la Casa Blanca, Donald Trump, sucedido en Pensilvania, Estados Unidos.
Dicho acontecimiento, el cual no pasó a más, trajo para varios el recuerdo de la vez que le dispararon al rey Carlos III. Afortunadamente, aquella ocasión tampoco dejó pormenores en contra del blanco, que entonces era príncipe de Gales.
¿Cuál es la historia detrás de la vez que intentaron asesinar a Carlos III?
La historia se remonta al año 1994 y se sitúa en Australia, cuando el primogénito de Isabel II se presentó en el parque Tumbalong de Sídney para dar un discurso por el Día Nacional.
Fue entonces, cuando David Kang, un estudiante de 23 años, saltó una pequeña valla que había en la parte delantera del escenario y disparó un tiro con su pistola mientras corría hacia el príncipe. La policía actuó de inmediato y derribó al atacante, pero no antes de estrellarse contra el atril, del arma salió un segundo tiro.
A pesar del escandaloso momento, Carlos no sufrió ninguna herida e inmediatamente logró ser protegido por sus guardaespaldas, quienes se apresuraron a sacarlo del escenario rápidamente.
Al respecto de la reacción del entonces heredero, cabe mencionar que todo el tiempo se mantuvo tranquilo. Muchos se sorprendieron de lo tranquilo que estaba el royal, aún bajo la peligrosa situación.
Ian Kiernan, uno de los guardias que abordó a Kang después del ataque, describió al miembro de la realeza como “fantástico... tranquilo como una lechuga”. Los videos de la pelea incluso muestran a Carlos ajustando los botones de sus mangas mientras el atacante era derribado.
“Su control de las circunstancias, creo, reflejó la actitud profesional que tiene”, dijo en su momento el entonces primer ministro australiano, Paul Keating. " El príncipe Carlos es un buen amigo de este país y debe ser tratado con el respeto y la dignidad que merece un buen amigo”, sentenció.
Además, otra gran prueba de la templanza del ahora rey es que tras la contención del ataque, continuó con su discurso y no hizo ninguna mención a lo sucedido.
Por último, cabe mencionar que el primer ministro Keating aclaró que aquel ataque “no fue un intento de asesinato” sino “una manifestación política”, una opinión que Kang, el responsable, confirmó en su declaración ante las autoridades, al decir que estaba protestando por el trato a los solicitantes de asilo camboyanos detenidos en campos de detención australianos.