La reina Margarita II de Dinamarca no deja de sorprender al mundo con el ánimo y vitalidad con los que cuenta a sus 83 años de edad, ya que su alegre personalidad no deja de hacerse evidente en cada una de sus decisiones como monarca y en cada una de sus interacciones con otros miembros de la realeza.
Tal fue el caso de la actitud adoptada por la reina danesa ante la visita de Estado que realizaron recientemente los reyes de España, para quienes ofreció una cena en el Palacio de Christiansborg, evento en el que no se escatimó en ningún detalle.
Y, siguiendo el mismo principio de autenticidad y tradición, Margarita no dudo en hacer que sus huéspedes, antes de partir de regreso a su nación, cumplieran una de sus más curiosas tradiciones, la cual consiste en un tierno acto para recordar.
Un cristal y un diamante, los elementos requeridos para llevar a cabo el tradicional acto del recuerdo de Margarita II
La soberana ha demostrado que no se conforma con el simple retrato del recuerdo para dejar constancia de las importantes visitas que recibe, sino que ella va más allá de lo típico y decidió instaurar su propia tradición, la cual consiste en mandar a quitar uno de los cristales de los ventanales de la Sala del Jardín, el Salón del Príncipe o la Sala de la Guardia del palacio de Fredensborg para dárselos a firmar a sus invitados.
Te preguntarás: pero, ¿cómo es posible firmar sobre un cristal?, tomando en cuenta la dureza del material. Pues la respuesta es simple y ha sido pensada minuciosamente por Margarita, quien ofrece a sus invitados un bolígrafo con punta de diamante, el cual es capaz de permear en la superficie del vidrio.
¿Qué hace la reina Margarita con los cristales retirados y firmados por sus visitas?
Si esta tradición aún no para de sorprenderte, vale la pena mencionar el siguiente paso de la tradición del recuerdo de la reina de Dinamarca, el cual consiste en incorporar nuevamente el cristal a su sitio, pero con la marca que lo hace especial para pasar a la historia.
Esta original costumbre, de la que ya han sido partícipes Felipe y Letizia, tiene su origen en el año 1841, cuando Luisa de Hesse-Kassel garabateó la primera firma un año antes de casarse con el futuro rey Christian IX, conocido como ‘el suegro de Europa’.
Actualmente, quienes han tenido el privilegio de visitar el Salón del Jardín, el Salón del Príncipe o la Sala de la Guardia han dado cuenta de que ya son 239 las firmas que se encuentran colocadas en los ventanales, destacando las insignias gráficas del zar Alejandro III, Winston Churchill, François Mitterrand y de Bill Clinton.