Como se ha demostrado a lo largo de los años, los Windsor son una familia de tradiciones, ya que su calendario suele estar repleto de ritos milenarios, cada uno con un trasfondo de peso, que muchas veces tiene que ver con la religión. Tal es el caso de la Noche Buena y la Navidad, cuyo motivo de celebración se encuentra basado en el principio bíblico que relata el nacimiento del niño Jesús en Belén, hecho que no sólo marca un día festivo en el calendario mundial, sino toda una época de congratulaciones.
Los miembros de la Familia Real británica, al ser practicantes de la religión anglicana, la cual es una iglesia católica, apostólica y reformada, son fieles asiduos a celebrar el nacimiento de Cristo por medio de una lujosa cena y la asistencia a la misa tradicional del 25 de diciembre, a la cual acuden todos juntos al día siguiente de haberse reunido en un recinto lleno de significado.
Es a la Iglesia de Santa María Magdalena, ubicada en Sandringham, Norfolk, a donde los miembros de la realeza británica suelen acudir para escuchar la misa tradicional navideña. Esta sede religiosa es elegida por los royals debido a su cercanía con la Sandringham House, que es donde suelen reunirse durante la noche previa a la Navidad y la cual es un lugar lleno de nostalgia e historia.
¿Cómo es la casa donde los Windsor pasan la Navidad?
Sandringham House es una casa de campo de 32 km cuadrados de terreno y fue adquirida en 1862 por la reina Victoria, a petición de Eduardo II.
Esta mansión de estilo jacobita cuenta con grandes ventanales, un acabado de ladrillo rojo, un gran salón de viaje y un establo para albergar caballos, lo cual abonó a que esta propiedad fuera de las favoritas de la reina Isabel II, quien solía ser aficionada a la equitación, al igual que su hija Ana.
El lugar es principalmente utilizado por la Familia Real con fines de entretenimiento y principalmente para llevar a cabo la cena de Navidad, la cual incluye una cena de siete tiempos en la que tradicionalmente se sirven: tres pavos con diferentes rellenos para toda la familia, papas al horno, puré y coles de Bruselas. Además de quesos finos y jamón de York, según relata el chef real, Darren McGrady.
La finca también suele ser la sede de las celebraciones del Año Nuevo de la Familia, ya que después del servicio tradicional, los royals pueden acceder en los grandes campos a actividades deportivas como el tiro con arco y partidos de fútbol, que son dos de las aficiones del príncipe, William, quien ya ha heredado este gusto a sus pequeños hijos, con quienes seguramente disfrutará este tipo de recreaciones, debido a que era Harry con quien solía hacerlo, pero seguramente el duque no estará invitado al banquete navideño de este año.
