Muchos son los protocolos de boda reales de los que se ha hablado e incluso se ha cuestionado su vigencia por las nuevas dinámicas sociales. Sin embargo existe una regla oculta que pocos se han atrevido a criticar, pues además de ser un detalle casi imperceptible, casi nadie conoce a fondo el simbolismo que representa.
Además del vestido y el velo, es muy importante prestar atención a la forma en la que está compuesto el ramo de boda de las royals, pues su significado tiene que ver con la relación existente entre la novia y la naturaleza, además de tener connotaciones adscritas al amor y al compromiso.
Pero aparte del sentido estético y esencialista de los ramos, este complemento alberga un misterio que tiene que ver con las flores utilizadas para su conformación.
Flor de mirto, un elemento obligatorio en los ramos de la realeza
El estatuto casi secreto acerca de las bodas reales es la obligatoriedad de llevar un ramo confirmado por flores de mirto.
Esta especie floral es estéticamente delicada y su apariencia conjunta el delicado color blanco con vistosos pistilos amarillos, lo que crea un alto nivel de contraste en cualquier diseño de arreglo.
Las razones por las que cada mujer de la Corona que contrae matrimonio tiene que portar un complemento con esta flor se remontan a 1858, cuando la princesa Victoria contrajo nupcias con el príncipe Federico y esta flor fue el acompañante estrella del bouquet.
En la unión de estos dos monarcas, la flor fue traída desde tierras alemanas hasta el Castillo de Osborne, donde se llevó a cabo la ceremonia y donde hasta la fecha se mantienen plantíos de esta bella flor.
Además, el significado del mirto se asocia a la pureza y a la renuncia de establecer relaciones románticas con otros hombres, ya que según el mito griego de Afrodita, un día un grupo de hombres intentó acosar a la diosa y gracias a un arbusto con estas flores, los agresores no lograron ver a la bella mujer, quien se escondió tras el frondor de los pétalos blancos de la especie.
La Reina Isabel, la Princesa Diana, la Duquesa Kate Middleton y finalmente, Meghan Markle, son el ejemplo de cómo se ha preservado esta tradición y han comprobado el poder de prestar atención a los detalles para descubrir este tipo de datos sobre la realeza.