La familia real británica ha atravesado momentos complejos en los últimos meses, con los diagnósticos de cáncer tanto del rey Carlos III como de la princesa de Gales, Kate Middleton. Ahora, otra figura de la nobleza ha revelado públicamente que también libró una batalla contra esta enfermedad.
Se trata de Emma Manners, duquesa de Rutland, quien ha compartido su experiencia personal con un diagnóstico de cáncer de mama en etapa dos, y así lo dio a conocer el diario Mirror.
La duquesa de 61 años relató que el hallazgo de un bulto en su seno fue el inicio de un proceso inesperado. En un principio, lo atribuyó a un simple grano o quiste. Sin embargo, una biopsia posterior confirmó el temido diagnóstico. Emma tuvo que someterse a una mastectomía del lado izquierdo y a sesiones de radioterapia, en un tratamiento que cambió por completo su vida.
“Cuando el médico me dijo que tenía cáncer, sentí un miedo paralizante”, escribió en una emotiva columna publicada por The Telegraph. “Es una enfermedad despiadada, que no distingue rangos ni títulos. Si le puede pasar al rey, a la princesa de Gales o a mí, le puede pasar a cualquiera”.
Los cambios que ha adoptado Emma Manners, duquesa de Rutland tras el diagnóstico de cáncer
La duquesa ha transformado por completo su estilo de vida desde que recibió el diagnóstico. Ha incorporado hábitos saludables como la meditación guiada diaria, caminatas por el campo y una alimentación consciente. También escribe regularmente en un diario, lo que le ha ayudado a canalizar sus emociones y mantenerse enfocada en su recuperación.
Emma ahora se encuentra en una nueva etapa de su vida, y confiesa: “hoy valoro cada instante. Estoy en remisión y no doy nada por sentado”, confesó. “He recuperado mi voz y tengo aún mucho por vivir”.
Con su testimonio, la duquesa de Rutland se une al grupo de royals que han decidido visibilizar públicamente sus diagnósticos oncológicos, enviando un mensaje de empatía, valentía y esperanza a miles de personas que atraviesan situaciones similares. En tiempos en que la salud de la realeza se convierte en un tema de conversación global, su historia es también un recordatorio de que, detrás de los títulos, hay seres humanos vulnerables que luchan como todos.