Expertos señalan al reinado de Felipe II de España como el periodo de mayor apogeo de la historia de España, debido a que durante esos años, dicho territorio se colocó como el centro de la monarquía europea ,conformada por Milán, Nápoles, Sicilia, las Indias, Inglaterra e Irlanda.
Aunque, cabe mencionar que no todo se trató de éxitos durante la gobernanza del también llamado “Rey prudente”, ya que su gran ambición lo llevó, incluso, a cometer algunos crímenes, como el asesinato de su promogénito, y a caer en garrafales errores, que aún le cuestan a España.
A Felipe II, hijo de Carlos I de España e Isabel de Portugal, también se le atribuyen logros como el excelente manejo de la política exterior que lo llevó a obtener la victoria en la Batalla de Lepanto y la anexión de Portugal al imperio.
¿Por qué a pesar de sus errores se le llamaba a Felipe II el “Rey Prudente”?
El apelativo “prudente” se le otorgó al monarca, quien se mantuvo casi 43 años en el reino, debido a que nunca mostraba actitudes precipitadas en su política, la cual se caracterizó por ser el detonante definitivo de la exploración global y la expansión territorial a través de los océanos Atlántico y Pacífico, lo que, a su vez, colocó por primera vez al imperio europeo como un territorio que integraba áreas de todos los continentes habitados.
Además, el calificativo le fue otorgado por caracterizarse por ser un hombre culto e inteligente, quien logró reunir la segunda biblioteca más rica y extensa de su tiempo, después de la del Vaticano, además de ser un gran coleccionista de pintura, esculturas y gabinetes de ciencias naturales.
Otros datos curiosos sobre el “Rey Prudente”
Durante el apogeo del reinado de Felipe II comenzaron a surgir otros legados, como el de Miguel de Cervantes, quien comenzó a escribir sus primeras obras en 1566, el décimo año del reinado de uno de los monarcas más representativos de la Madre Patria.
Otro detalle importante en la vida del predecesor de Carlos I, fueron sus cuatro matrimonios con: María Manuela de Portugal, María I de Inglaterra -también conocida como “María Sangrienta”-, Isabel de Valois y finalmente con Ana de Austria, quién parió al heredero del trono.
Por último, cabe mencionar que su muerte, sucedida el 13 de septiembre de 1598, aconteció en una alcoba de El Escorial, a consecuencia de una salud delicada, llena de fiebres y dolores que el líder acarreó durante sus 71 años de edad.