Desde su nacimiento el 14 de noviembre de 1948, estuvo rodeado de altas expectativas y sometido al escrutinio público, y aunque tuvo algunos años de paz, la infancia del príncipe Carlos fue triste y hasta traumática, pues lidiaba con altas expectativas de sus padres, la reina Isabel II y el príncipe de Edimburgo.
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La infancia del príncipe Carlos
El príncipe Carlos nunca tuvo una relación cercana con sus padres. Su madre se ausentaba con frecuencia desde que él era muy pequeño, pes trataba de pasar el mayor tiempo con su esposo, Felipe, quien había sido enviado a Malta en 1949, cuando ejercía como oficial de la Real Fuerza Naval Británica.
La relación de Felipe había sido casi nula; sin embargo, cuando regresó de su servicio militar, se tomó el tiempo para enseñarle a disparar, cazar y nadar en la piscina del palacio.
Desafortunadamente la personalidad tímida y solitaria de Carlos, no ayudó a fortalecerla relación con su padre, quien sentía una impotencia con la actitud de su hijo.
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Consecuencias de la triste infancia de Carlos
Todas las dificultes de su infancia causaron que Carlos tenga dificultades para expresar sus emociones “Sus sentimientos parecían haber sido sofocados al nacer”.
Con el paso de los años, Carlos se aseguró de que sus hijos no vivieran esa falta de gestos de afecto que él había padecido.
