Además de haber sido la monarca más longeva del Reino Unido, Isabel II esconde otras curiosidades en su trayectoria como representante de la Corona Británica.
Por un lado se encuentra todo el glamour que vivió la reina después de su lujosa boda con Felipe de Edimburgo, acumulando joyas, riqueza y tiernas experiencias al lado de sus corgis; pero por otro se encuentra su formación en la milicia, donde se desempeñó como mecánico.
Isabel II fue la primera mujer de la realeza en ingresar a las fuerzas armadas, lo cual añade otra situación a su lista de actividades en las que fue pionera.
¿Cómo fue la instrucción y evolución en la milicia de la joven Isabel II?
Aunque al momento de su nacimiento no se preveía que Isabel II llegara a ser la máxima monarca, debido a su posición tercera en la línea de sucesión, la llegada de la joven “Lilibeth” al trono llegó de manera inesperada y más pronto de lo que la Familia Real se imaginó.
A diferencia de la formación recién iniciada por la princesa Leonor de Asturias, la formación militar que inició la fallecida reina en su adolescencia no fue con motivos de preparación para asumir su futuro mando, sino más bien respondió a la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial.
Con exactitud, en junio de 1943 cuando, aún con el título de princesa, la primogénita de Jorge VI, ingresó al Servicio Territorial Auxiliar en Windsor, con el cargo de teniente segunda honoraria.
Durante el proceso de formación, el cual duró cinco meses debido a la inmediatez con la que se necesitaba acción en el campo, la futura monarca aprendió cuestiones de mecánica de vehículos y fungió labores como conductora, además de que le fueron dadas concesiones para el manejo de armas, que finalmente desembocaron en su nombramiento como teniente segunda honoraria en el Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres, con el número de servicio 230873.
Finalmente, Isabel fue promovida como Capitán honorario, dándole el poder de actuar como consejera de Estado, en caso de que su padre no pudiera actuar o se encontrara ausente por un viaje al extranjero.
Así que, yendo en contra de muchos estatutos de género, Isabel II demostró la capacidad de las mujeres dentro del campo de batalla e instauró las bases para la formación de estatutos referentes a la instrucción militar de futuras monarcas.