La vida de Irene Urdangarín ha cambiado por completo desde que decidió tomarse un año sabático y realizar voluntariado en Camboya, algo que hasta hace poco era muy poco probable ya que en sus planes estaba estudiar hostelería en una prestigiada escuela de Suiza, o al menos eso se decía.
Sin embargo, la hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín decidió tomar un camino diferente y ayudar a quienes más lo necesitan, algo que no es desconocido para su familia, pues su hermano Pablo y sus padres también han seguido este rumbo en algún momento de su vida.
Así vive Irene Urdangarín su voluntariado en Camboya
Al no estar completamente segura de estudiar en la Escuela Hotelera de Lausana de Suiza, la sobrina de Felipe VI eligió tomarse un año sábatico para pensar mejor su futuro educativo. Una acción que varios dicen que a su madre Cristina de Borbón no le cayó muy bien.
Mientras que para realizar su viaje, se dice que la misma Irene pagó su boleto de avión, aunque no está sola en esta misión, ya que el monseñor Enrique Figaredo, quien es un conocido de la familia, es el que ha guiado a la joven en esta etapa de su vida en Battambang, una región comboyana que es de las más pobres de la zona.
La joven Irene llegó a Camboya en la segunda mitad de enero y recientemente se han descubierto más detalles sobre su estancia, pues se le ha visto paseando en bicicleta, además de que ha comenzado a conocer las costumbres de los camboyanos y cómo será su labor como voluntaria de la ONG española Sauce, la cual fue fundada por familiares y amigos del mismo Figaredo.
También se sabe que Irene Urdangarín comparte casa con otra joven mientras vive en Camboya, además de que sus actividades comienzan diariamente a primera hora y ofrece apoyo a centros con niños con alguna discapacidad física o mental.
En tanto que para poder apoyar, se conoce que llegan unas camionetas que trasladan a los voluntarios hasta las comunidades rurales más remotas en las que proporcionan ayuda y conviven con las familias y líderes locales para conocer sus necesidades.
Por último, la prima de la princesa Leonor planea estar al menos seis meses ayudando a quienes más lo necesitan, aunque en sus primeros días de voluntaria le costó adaptarse, ya que nunca antes había viajado a esta parte del sudeste astiático en donde sus habitantes viven en severas condiciones de pobreza.