El castillo de Windsor, que es una de las residencias reales más emblemáticas y hogar cercano del príncipe William y Kate Middleton, fue recientemente escenario de un robo que ha dejado al descubierto las vulnerabilidades de su seguridad, según información dada a conocer por la prensa británica.
Aunque la pareja y sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, vive en Adelaide Cottage, una mansión ubicada dentro de los terrenos del castillo, el incidente ocurrió en un edificio agrícola de esta vasta propiedad, lo que pone en duda la eficacia de su seguridad y protección.
¿Qué se robaron del Castillo de Windsor?
Si bien el robo se dio la noche del pasado 13 de octubre cuando William y Kate estaban dentro de su mansión, es hasta ahora que los medios dieron a conocer esta noticia. Según la prensa, dos personas encapuchadas saltaron la valla de dos metros que rodea la finca y bloquearon y forzaron la puerta de seguridad utilizando un camión.
Asimismo, los sujetos entraron a un granero dentro de los terrenos del castillo y se llevaron dos vehículos: una camioneta Isuzu negra y un quad rojo. Mientras que el robo se dio cuando los príncipes de Gales y sus tres hijos, los pequeños George, Charlotte y Louis, dormían. Sin embargo, hasta el momento no existen detenidos, mientras que la investigación sigue en curso.
El sistema de seguridad del Castillo de Windsor
Por otro lado, la seguridad del castillo de Windsor combina métodos tradicionales y tecnología moderna. Incluye cercas perimetrales, patrullas policiales regulares de la policía local y la Royal Protection Squad y cámaras de vigilancia con sensores térmicos. Sin embargo, el vasto tamaño del lugar, con múltiples entradas y áreas abiertas, hace que sea difícil evitar intrusiones como la ocurrida el mes pasado.
Es por ello que llama la atención que se haya suscitado este incidente en el que, afortunadamente, los Gales no se vieron directamente en peligro. Aunque no deja de ser un peligro latente ya que puso en duda la seguridad de esta finca que cuenta con una extensión de 16.000 acres y un castillo de 1000 habitaciones.
Sin embargo, este no es el primer caso que pone en jaque la seguridad del castillo. En 2021, un intruso armado con una ballesta logró ingresar al recinto con intenciones hostiles hacia la reina Isabel II, un incidente que resaltó fallas importantes en los protocolos de seguridad.