Lo que hacía la emperatriz por complacer a su amor, Napoleón Bonaparte
En el bello palacio de Malmaison, en las cercanías de París, donde la emperatriz Josefina y el emperador Napoleón Bonaparte vivieron sus momentos más románticos, está el dormitorio de ella, que era idéntico a la tienda de campaña que él llevaba a sus batallas.
La muy coqueta y sabia Josefina, que dicen era una experta en las artes amatorias y de la seducción, mandó a hacer su dormitorio con un diseño ovalado, y en él colocó una pequeña cama con dosel, rodeada de lujosas telas de seda, y en cuyo tope estaba puesta el águila de bronce que llevaba el general Bonaparte a sus batallas.
En su deseo de recrear una atmósfera muy especial donde hacer el amor a su marido, Josefina incluso colocó al lado de la cama un escritorio de campaña, exacto al que usaba el Emperador para escribirle las maravillosas cartas de amor, donde le repetía una y otra vez, ?lo mucho que ansiaba sentir sus besos y tenerla en sus brazos?.