Amante, lo mismo de la alta costura que de los caballos, charla con nosotros en exclusiva y nos muestra que hoy la realeza puede ser todo? menos anticuada
Todas las mujeres de la dinastía Grimaldi han sido siempre idolatradas por el mundo: las más guapas, deliciosamente fashion, pero también, quizá, las más escandalosas. Ellas se han distinguido por ser aristócratas de su tiempo. Grace Kelly encarnó el sueño de muchas: casarse con un príncipe. Y, no obstante, ella ya era reina en Hollywood, su título nobiliario europeo, su trabajo en el principado de Mónaco y exquisito y nunca esquemático gusto por la moda la hicieron, sin duda, una de las monarcas más recordadas de la historia. Carolina, la mayor de sus hijas, vivió una frenética juventud, siendo estrella del jet set global (como se le llamaba entonces a la high society) y sus juergas en las discotecas más famosas, al igual que su legendario romance con el entonces playboy Philippe Junot le dieron un lugar en las portadas de revistas del corazón? y de tabloides. Estefanía de Mónaco, su hermana, también vivió una juventud bastante movidita: casada con su guardaespaldas y luego con un cirquero, cantante, con dos discos y varios hits, diseñadora de modas, imagen de una casa cosmética y adorada por la sociedad europea.
Tête à tête
Los diarios de la monarca Carlota, al igual que el resto de las mujeres de su familia, es una joven de su tiempo. Es una absoluta millennial, pero no en el sentido negativo de la palabra, sino en lo complejo de su personalidad. Se ha convertido en lo más luminoso del principado de Mónaco (incluso por encima de sus tíos), pues ha sabido escoger con certeza qué pasos dar para caminar en firme en un nuevo siglo. Filósofa de profesión, ecologista por conciencia y amante de las artes por pasión, se ha vuelto el rostro que representa la juventud real de la monarquía europea. Ella, tan involucrada en la ecología y las artes, ha mostrado que pertenecer a la realeza no significa estar metida en una vitrina, sino que se puede tener voz, voluntad y personalidad para hacer del mundo un mejor lugar. Probablemente por esta razón decidió volverse embajadora de Montblanc, una firma que promueve el arte, las letras, apoya a mujeres notables del planeta y, además, colabora con UNICEF? causas que a ella le apasionan.
Ella es mucho más que una cara bonita, la cual adora vestir Karl Lagerfeld. Estudió Filosofía en La Sorbonne y sus habilidades periodísticas la han llevado, incluso, a ser editora invitada para importantes publicaciones. Su pasión por la ecología la orilló a fundar una revista ecologista titulada Ever Manifesto. Para ella, la moda y el arte son instrumentos para la concientización del daño medioambiental. ¿Su gran pasión?, los caballos y, según sus propias palabras, no podría vivir sin ellos.
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Realeza al ras del piso
Quizá por ser una casa real pequeña, Mónaco sea un poco más liberal con sus miembros? y qué bueno; son más interesantes estos personajes que algunos otros de Europa. Tuvimos la oportunidad de charlar con Carlota hace unas semanas durante el Salon International de la Haute Horlogerie en Ginebra, Suiza, donde ella y Hugh Jackman presidieron una cena para invitados VIP, entre los que estábamos nosotros. Sencilla y exquisita, con un vestido de Giambattista Valli negro y marfil, joyería de diamantes de la colección Bohème, posó en la red carpet y hasta se hizo selfies con otras celebridades. A pesar de estar un tanto reacia con la prensa tras la publicación de unas fotografías en las que se le veía acompañada de un chico español (que ahora se sabe es Dimitri Rassam, hijo de la actriz Carole Bouquet, y presuntamente novio) accedió a platicarnos sobre varios temas. Y más allá de la frialdad que puede proyectar cualquier miembro de una casa real, Carlota es afable aunque, obvio, guarda su distancia.
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VANIDADES: ¿Qué es para ti el estilo?
CARLOTA CASIRAGHI: Es la manera en la que te expresas, una personificación de tu personalidad; una armonía tuya con el entorno.
VA: Tienes una imagen ligada a la moda...
CC: Pero sólo a lo que me dice algo, con lo que me identifico. Karl (Lagerfeld) es amigo de la familia y siempre he admirado su trabajo, lo mismo que el de Stella McCartney por su filosofía ecologista, con la que comulgo tanto.
Y con Montblanc es igual de especial: cuando me invitaron a ser su embajadora, la idea me encantó porque siempre he valorado su gran promoción a las artes y la cultura. Me encanta que todo el tiempo homenajeen a los grandes que han cambiado a la humanidad con la pala- bra escrita. Además, su historia tan única me parece muy interesante. Desde niña he adorado su calidad y tradición? y aunque no lo parezca, soy muy amante de la tradición (risas).
VA: ¿Por qué te parece tan importante el apoyo a las artes y la cultura?
CC: Creo que es la manera más hermosa de poder levantar nuestra voz y hacernos oír. El apoyo a artistas visuales, músicos, bailarines, directores de teatro y escritores es una causa en las que estoy involucrada. Me parece fundamental que quienes tengamos cierto liderazgo y las marcas que puedan hacerlo unamos voces para tomar más fuerza y juntos lograr un impacto.
VA: Dices que eres una mujer tradicional, ¿eres más fan de los e-mails o prefieres escribir una nota a mano?
CC: Como viajo tanto por trabajo y por mis eventos ecuestres, tengo que confesar que soy muy dependiente de mi celular y mi tablet. Hay que tomar de la vida moderna lo que facilita las cosas; no obstante, creo que nada reemplaza un mensaje a mano. Envío notas de mi puño y letra cada vez que puedo, tienen mucho más significado que un SMS o un correo electrónico. Soy gran creyente de la fuerza de la palabra escrita.
VA: ¿Cómo logras llevar una agenda tan complicada: caridades, materni- dad, competencias ecuestres??
CC: Es cuestión de manejar mi tiempo y enfocarme para estar segura que doy prioridad a las cosas que lo merecen. Y un buen reloj nunca está de más.?
VA: ¿Qué significa para ti tener un espíritu bohemio?
CC: Me evoca independencia, seguridad en ti misma y tener certeza en las decisiones de lo que es esencial en la vida. Por supuesto que un espíritu así también tiene elementos divertidos, sin dejar de ser distinguido. Para mí, es la femi nidad sin afectaciones.
VA: ¿Cómo eliges tu joyería?
CC: Me gusta que cuente una historia acerca de quien la lleva. Cada pieza que poseo tiene un significado y un valor especial, porque me tras- lada a recuerdos y momentos de mi vida. Creo también que es muy importante, pues con una sola gema puedes transformar tu look de manera instantánea. Me encanta jugar con diferentes joyas hasta que encuentro exactamente las que expresan cómo me siento en ese instante.
VA: ¿Cuáles son los básicos que cada mujer debería tener en su joyero?
CC: La selección de joyería es muy personal, pero si pudiera hacer una recomendación diría que tener un buen reloj es lo principal, es esa pieza confiable que te acompaña del día al anochecer. Yo adoro el ExoTourbillon de la colección Bohème. A mí me fascinan los brazaletes, porque puedo jugar con ellos y combinarlos lo mismo para una salida de fin de semana o crear un look sofisticado de noche.
VA: ¿A cuál pasión no renunciarías?
CC: Lo único sería a cabalgar con mis caballos. Lo hago desde mi infancia y no soporto estar separada de ellos por mucho tiempo.
VA: ¿Cuáles son los requerimientos para practicar deportes ecuestres?
CC: El público sólo mira la parte glamurosa de la equitación, ve en la pista a un jinete con un caballo precioso y cree que eso es todo, que es así de simple. Pero hay muchísima preparación y entrenamiento involucrados en ello; disciplina, perseverancia y dedicación son fundamentales. Además, ¿sabes qué? No tener miedo, aun si el ejemplar decide arrojarte de su espalda (risas).
VA: Con tantos compromisos, ¿qué lugar consideras tu casa?
CC: Entreno y viajo con mis caballos a muchas partes del mundo; me he criado en diferentes sitios, pero al final del día el que siempre considero como mi hogar es Mónaco.
VA: ¿Cuál es tu filosofía de vida?
CC: En línea con el tema ecuestre diría que, sin importar cualquier cosa que nos suceda en la vida, éxito significa volver a montar en el caballo después de que te has caído.
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