Seleccionamos los vestidos de novia han hecho soñar y pensar que los cuentos de hadas sí existen, y es que fueron creados en exclusiva para la realeza, reflejando así la personalidad de las casas reales y los gustos de una época.
En algunos casos, hay mensajes entre líneas, en otras, el contexto lo dijo todo. Por eso, además de los ajuares de novia de la realeza, agregamos los contextos históricos en los que fueron usados, estas nueve royals y sus ajuares son legendarios.
Vestidos y novias que marcaron época
1) La boda de Felipe y Letizia (204)
El look nupcial de Letizia Ortiz sigue siendo tan polémico como ella. Desde que se casó con Felipe de Borbón, Letizia de España se mostró como una mujer del nuevo siglo, lo que se evidenció en el diseño del vestido de boda, diseñado por respetadísimo Manuel Pertegaz.
Letizia se alejó de los trajes de boda de su suegra y sus cuñadas. El creador lo elaboró con elementos españoles y seda natural; bordados con hilo de plata fina se unieron al clásico corte princesa con reminiscencias medievales reveladas en el escote V y en el cuello alzado estilo corola, en los que resaltó la flor de lis, las espigas de trigo, los tréboles y los madroños, elementos simbólicos para la Casa Real. El nuevo siglo, además, trajo una boda que se realizó con la pompa y difusión que no tuvo la de sus antecesores, Sofía y Juan Carlos.
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2) El enlace de Rania y Abdalá (1993)
Ella fue una de las primeras mujeres que, además de ser ‘plebeya’, llegó a una familia real con títul universitario y trayectoria profesional. Y con esa independencia eligió al diseñador de su ajuar, Bruce
Oldfield, que, además de actrices top de Hollywood, viste a otras royals de Oriente Medio.
Para Rania de Jordania, esposa del rey Abdalá de Jordania, el modisto británico confeccionó un diseño nupcial con un elemento clave, una chaqueta con grandes solapas y mangas bordadas con oro. Estas últimas eran cortas y le dieron el aire novedoso y juvenil al atuendo, mientras que la fajilla en la cintura, rematada en una especie de moño, conservó el romanticismo de un típico modelo de novia, al que los guantes cortos le aportaron un toque aún más elegante y, sin duda alguna, original.
3) Así se casaron Meghan y Harry (2018)
Sin la presión que Kate Middleton tuvo siete años antes, la prometida del príncipe Harry, Meghan Markle, se dio gusto y cumplió con las expectativas gracias al diseño de su vestido de bodas de corte sobrio y moderno de Clare Waight Keller, británica y actual directora artística de Givenchy.
El cuello barco, el talle ceñido y la falda línea A, todo en cadi de seda, fueron absolutamente minimalistas y sin encajes, vuelos u otro tipo de detalles como los que destacaron en los vestidos de sus predecesoras en la casa Windsor. Meghan se reservó estos guiños para su espectacular velo de tul de seda, que incluyó bordados de las flores representativas de cada uno de los países de la Mancomunidad.
Además, el velo dispone de dos espigas de trigo que simbolizan la caridad y el amor, y dos flores especiales, la de macasar, que suele crecer en los jardines del Palacio de Kensington, y la amapola californiana, originaria de su lugar de origen. Con este modelo, Meghan nos mostró desde el inicio que las cosas iban a ser diferentes con ella. Y lo cumplió.
4) El matrimonio de Sofía y Juan Carlos (1964)
“Su vestido de novia era un sueño de encaje”, eso escribió Federica de Grecia en sus Memorias (1971) sobre el atuendo de su hija Sofía para su boda con el entonces príncipe Juan Carlos de España.
La realización estuvo a cargo de Jean Desses, maestro de Valentino y favorito de las royals griegas, quien creó un modelo de lamé de plata cubierto de tul; el frente destaca por el encaje de Bruselas, mientras que la cola tipo Watteau de cinco metros parte de los hombros con un pliegue central adornado con el mismo encaje a los lados.
El estilo de Jean Desses estuvo inspirado en las raíces de la futura reina de España: en las túnicas de la Grecia antigua, y en Egipto, su país. Y nada pudo ser más adecuado para aquella boda que fue todo un acontecimiento en Grecia y para la realeza europea, pero casi ignorada en España debido al franquismo.
5) El casamiento de Kate y William (2011)
La expectativa por su ajuar era alta, ya que la princesa Diana, su predecesora, continúa siendo la novia real por excelencia, además de ser la madre de su prometido, William, el nuevo futuro rey de Inglaterra.
Y Kate Middleton no desmereció, incluso lo hizo mejor, ya que su vestido fue digno de una princesa sin ser tan, digamos, voluminoso, como el de Lady Di. Aun así, igual que el traje de Diana, el de la hoy princesa de Gales tuvo reminiscencias victorianas en el escote en forma de corazón, característico de ese estilo de corsetería: estrecho en la cintura y acolchado en la cadera.
La creadora fue Sarah Burton, de Alexander McQueen, quien fue fiel a la firma, a los deseos de la novia y a la trascendencia del evento: “Nuestros diseños unen contrastes para crear piezas impresionantes, bellas y, al haber conjugado tejidos y encajes tradicionales con una estructura y diseño modernos, llevamos a cabo un vestido muy bonito para ella”. Así lo describió Sarah en un comunicado tras revelarse que ella era la creadora.
6) La unión de Grace y Rainero (1956)
Ella era una princesa antes de casarse con Rainiero III, pertenecía a la realeza de Hollywood, que la entregó como tal en el altar de la aristocracia de Mónaco y de toda Europa. Su productora Metro-Goldwyn-Mayer le obsequió el vestido de bodas, que se convirtió en una pieza clásica gracias a la mano experta de una de las diseñadoras de vestuario más prestigiosas de la época: Helen Rose.
En su creación nupcial se revela el exquisito y femenino New Look, creado por Christian Dior unos años antes, en elementos como la fajilla ajustada y el volumen de la falda, enmarcados por un cuello alto, mangas largas y estrechas, perlas bordadas, tafetán de seda, encaje de Bruselas, velo de tul y tiara de brillantes y perlas. Al momento de que Rose lo diseñó, el hada madrina de este bonito cuento, tenía en su trayectoria dos premios Oscar, ni más ni menos.
7) Las nupcias de Diana y Carlos (1981)
“Quería que el atuendo reflejara que iba a entrar en la catedral de San Pablo como lady Diana Spencer y saldría como la princesa de Gales”, expresó David Emanuel, uno de los diseñadores, en entrevista con el diario británico Express.
Y vaya que logró su cometido, por décadas ha sido una prenda emblemática, y no sólo por su carga histórica, pues se usó en la boda del príncipe Carlos, ahora rey de Inglaterra, sino también porque la mujer que lo llevó se convirtió en un icono de la cultura popular.
Su trascendencia, además, se encuentra en el diseño mismo, creado por dos jóvenes promesas de la moda británica de la época: David y su entonces esposa Elizabeth Emanuel. De evidente inspiración victoriana, hecho de tafetán de seda, con grandes volantes, mangas farol y escote en V, esta vestido color marfil está bordada con poco más de 10 mil pequeñas perlas; su cola de seda de casi ocho metros completa su fastuosidad. No cabe duda de que, desde su primer instante como integrante de la familia real más famosa del planeta, Lady Di hizo historia.
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A lo largo de este recorrido por los diseños de vestidos de novias más icónicos de la historia de las bodas de la realeza, desde el vestido de la reina Rania hasta el de Meghan Markle, podrás encontrar inspiración para el diseño que te haga ser protagonista de tu propia historia de amor.
