Este lunes 9 de julio ha sido de celebración para la familia real británica, en especial para los duques de Cambridge, quienes festejaron el bautizo de su tercer hijo, el príncipe Louis.
Este día, Catherine llegó con su característica sonrisa cargando a un dormido príncipe Louis, para momentos después saludar al arzobispo de Canterbury a las afueras de la Capilla Real del palacio de St. James, en Londres, antes del servicio de carácter íntimo.
A su lado estaba su esposo, el duque de Cambridge, quien llegó tomando de las manos al príncipe George y a la princesa Charlotte.
Los duques de Sussex siguieron a los Cambridge hasta la capilla.
La orgullosa tía Pippa Middleton llegó radiante con un vestido azul, con el que se nota su naciente pancita de embarazada, mientras se dirigía al servicio junto a su esposo James Matthews. La pareja se encuentra entre el pequeño grupo de familiares y amigos invitados por los duques de Cambridge para asistir al bautizo de su hijo de 11 semanas. Para la ocasión, Kate eligió un vestido beige de Alexander McQueen, uno de sus diseñadores de cabecera, así como un sombrero de Jane Taylor.
Por su lado, Meghan Markle, optó por un diseño en color verde de Ralph Lauren, el cual combinó con un sombrero de Stepen Jones; mientras que Camilla, duquesa de Cornwall, vistió de Fiona Clare y sombrero de Locke. Los grandes ausentes a esta importante ceremonia familiar fueron la reina Isabel y el duque de Edimburgo asistirán al bautizo de Louis, al parecer, por problemas de agenda. Por ejemplo, esta semana, la reina de Inglaterra tiene varias citas importantes, como la visita al Reino Unido de Donald Trump; mientras que el duque, desde que anunció su retiro, ha reducido al mínimo sus apariciones públicas.
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