Luego del revuelo mediático generado por la publicación de las fotos de la princesa Leonor en bikini, esta semana Letizia Ortiz reapareció junto a Felipe VI, en un acto oficial en Madrid con una actitud serena que ha sorprendido y que varios han tomado como respuesta ante la polémica por las imágenes de su hija.
La actitud serena de Letizia Ortiz tras las polémicas fotos de Leonor de Borbón
Los reyes de España presidieron el lunes 7 de abril el acto conmemorativo del “Día Internacional del Pueblo Gitano”, en el Congreso de los Diputados, con motivo del 600 aniversario de la llegada del pueblo gitano a la Península Ibérica. Sin embargo, este no fue un evento cualquiera, sino el escenario perfecto para enviar un mensaje: doña Letizia sigue en control, pese a todo lo ocurrido con Leonor de Borbón.
Con un vestido negro con estampado de Massimo Dutti y unas zapatillas nude, la reina consorte evitó las estridencias y detalles llamativos que pudiera sumar leña al fuego. En tanto que su expresión era serena y contenida, incluso distante, pero no ausente, y dirigiendo su atención al evento sin hacer mención alguna —ni siquiera indirecta— del tsunami mediático que gira en torno a la heredera al trono español.
Mientras muchos especulaban sobre si Letizia Ortiz reaccionaría, su silencio fue la respuesta más elocuente. No hubo comunicado, no hubo gesto de molestia. Solo su reaparición cuidada y su agenda institucional como escudo.
Las fotos de la princesa Leonor en bikini
Por otro lado, las fotos de Leonor de Borbón en bikini han generado un serio debate sobre si es legítimo que los medios publiquen imágenes de la joven royal en su tiempo libre. Fue la revista española Diez Minutos la que difundió estas instantáneas de la princesa de Asturias en una playa de Uruguay. Una situación que la esposa de Felipe VI mantuvo al margen sin comentar nada.
Por otro lado, este tipo de movimientos no son nuevos en Letizia. En otras ocasiones ha preferido dejar que el tiempo y la mesura hablen por ella, y esta vez no fue diferente. Tampoco hizo ninguna referencia a la nueva ofensiva judicial del rey emérito Juan Carlos I, que también ha acaparado titulares estos días luego de la demanda civil que interpuso en contra del expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, por atentar contra su derecho al honor.
En cambio, Letizia optó por mantener el foco en lo que ella puede controlar: su trabajo, su imagen, su papel como representante de la Corona. Y así, en medio del ruido, la reina volvió a demostrar que domina como nadie el arte del silencio y de la estrategia visual. Una lección más de diplomacia silenciosa en el corazón de una Familia Real siempre bajo e escrutinio.