Mucho antes de que el príncipe Harry y Meghan Markle conmocionaran al mundo con su explosiva entrevista con Oprah Winfrey en 2021, otros miembros de la realeza británica protagonizaron una polémica televisiva similar.
En enero de 1970, el duque de Windsor, antes conocido como el rey Eduardo VIII, y su esposa, Wallis Simpson, participaron en una entrevista con la BBC que sorprendió a 12 millones de espectadores en el Reino Unido, igualando la audiencia del famoso encuentro Sussex-Winfrey.
El duque de Windsor había renunciado al trono en 1936 para casarse con Wallis Simpson, una socialité estadounidense divorciada. Esta decisión provocó un terremoto en la Familia Real, dado que su posición como jefe de la Iglesia de Inglaterra era incompatible con un matrimonio con una divorciada.
Tras abdicar, Eduardo fue relegado al título de duque de Windsor y se le prohibió regresar a Inglaterra para residir de forma permanente. Por ello es que, junto con su mujer, vivió un estilo de vida lujoso en Francia, financiado por una asignación libre de impuestos del rey Jorge VI, su hermano y sucesor.
La entrevista que dio Eduardo VIII años después de renunciar al trono
En la entrevista de 1970, conducida por Kenneth Harris, el duque habló extensamente sobre su “colisión” con el “establecimiento”, un concepto que, según él, descubrió años después de su abdicación. “Es un término difícil de explicar”, dijo, añadiendo que representaba “la autoridad de la ley, de la iglesia y, en cierta medida, del monarca”.
Además, Eduardo señaló que no se sentía parte de este sistema debido a su “naturaleza independiente”, una afirmación que recuerda los comentarios de Harry sobre su deseo de dejar “el sistema
El duque también reveló un incidente que tuvo con el primer ministro Stanley Baldwin, quien cuestionó su decisión de visitar una región empobrecida en Northumberland. “Pensé que era importante ver cómo vivían las personas que llevaban años sin empleo”, explicó. Además, compartido que se negoció a usar un Rolls-Royce en sus visitas a zonas pobres, prefiriendo un vehículo más modesto para no desentonar.
Wallis también habló durante la entrevista, expresando cierto pesar por los conflictos que su relación había generado, aunque insistió en que ella y Eduardo habían sido muy felices. “Sobre ciertas cosas, sí. Me hubiera gustado que todo fuera diferente, pero soy extremadamente feliz”. En cuanto a su matrimonio, agregó: “Creo que hemos sido muy felices. Por supuesto, hemos tenido momentos difíciles, pero ¿quién no?”.
En un momento emotivo, Simpson describió cómo recibía cartas de odio, una experiencia que se asemeja al acoso en línea que Meghan Markle ha denunciado en el pasado. “Había pocos insultos aplicables a mi sexo que no estuvieran en mi bandeja de desayuno”, confesó. Sin embargo, se mostró orgullosa de su esposo, describiéndolo como un hombre “adelantado a su tiempo” que buscaba reformar la monarquía.
Aunque, por otro lado, a pesar de su intento por compartir su versión de los hechos, los Windsor no abordaron temas polémicos como su encuentro con Adolfo Hitler en 1937, que manchó la reputación de Eduardo y Wallis de forma permanente.
La entrevista de 1970, al igual que la de Harry y Meghan décadas después, reveló las tensiones entre las vidas públicas y privadas de la realeza, mostrando que incluso los miembros más prominentes no son inmunes a las luchas internas y las presiones externas.