Susana Barrantes, madre de Sarah Ferguson, la Duquesa de York, vivió una vida llena de altibajos emocionales, marcados por un matrimonio fallido y, posteriormente, un redescubrimiento del amor verdadero. Aquí te contamos la historia a detalle.
Susana Barrantes conoció a Ronald Ferguson, el padre de Sarah Ferguson, y se casó con él en 1956. Sin embargo, su matrimonio fue todo menos ideal. Ronald, un hombre de rígida disciplina militar y gran aficionado a los caballos, era una figura que resultó complicada.
Pese a que concibieron dos hijas, Sarah Ferguson y Jane Ferguson, su relación fue tormentosa, y se dice que estuvo llena de infidelidades, por lo que en 1974, Susana Barrantes y Ronald Ferguson se divorciaron, un acto valiente para una mujer de su generación, especialmente en la aristocracia británica.
Tras su divorcio, Susana decidió tomar un rumbo completamente diferente y se mudó a Argentina, un país que se dice que siempre había ilusión en ella En este nuevo lugar, Susana Barrantes logró empezar una otra vida y encontró un nuevo sentido de libertad y propósito.
Así conoció Susana Barrantes a Héctor Barrantes
Fue en este país donde conoció a Héctor Barrantes, un polista argentino que no solo compartía su amor por los caballos, sino que también le ofreció una nueva oportunidad para amar y ser amada.
Se dice que Héctor Barrantes resultó ser todo lo contrario a su primer esposo: afectuoso, apasionado, y completamente enamorado de Susana. Su relación se basaba en la comprensión mutua y un amor genuino.
Se casaron en 1975, y Susana Barrantes encontró en él a su verdadero compañero de vida. A pesar de la diferencia de culturas, su amor floreció en las pampas argentinas, donde Susana se convirtió en una figura querida y respetada.
La vida de Susana Barrantes es un testimonio de la resiliencia y la búsqueda del amor verdadero.