A diferencia de los joyeros de otros reinos europeos, el de la dinastía Grimaldi no cuenta con tradiciones de traspaso específicas, ya que no se tiene registro acerca tiaras o anillos que hayan pasado de generación en generación con el fin de reforzar el sentimiento de compromiso entre las parejas del principado.
Sin embargo, la princesa Carolina de Mónaco se las ha ingeniado para resignificar algunas de sus joyas más preciadas, entre ellas la tiara fringe, la cual le fue heredada por su abuela Carlota Grimaldi, duquesa de Valentinois, la mujer a quien más dice parecerse, incluso, sobre su propia madre, Grace Kelly.
Dicha joya ha sido utilizada por la también princesa consorte de Hannover en más de una ocasión, no solamente como tocado, sino también como gargantilla, ha reafirmando el ingenio que tiene la glamurosa royal para moldear a gusto y disgusto el simbolismo de las joyas de la familia.
La vez que Carolina de Mónaco prestó la tiara fringe a Tatiana Santo Domingo
La peculiar manera de demostrar afecto de la primogénita del príncipe Raniero III y Grace Kelly se ha traducido con el paso de los años en préstamos de moda, por lo cual no dudó en demostrar que Tatiana Santo Domingo es su nuera favorita teniendo un gesto con que no tuvo con su otra nuera Beatrice Borromeo, esposa de Pierre Casiraghi, desde 2015.
Tatiana tuvo el privilegio de lucir la emblemática prenda durante su boda con Andrea Casiraghi, la cual se celebró el 31 de agosto de 2013, en las inmediaciones del Salón del Trono del Palacio Real de Mónaco.
A la ceremonia asistieron unos 350 invitados, quienes fueron testigos de cómo el préstamo proveniente directamente del joyero de Carolina de Mónaco combinó a la perfección con el diseño Valentino que la empresaria y socialité estadounidense seleccionó para su gran día.
Carolina de Mónaco no cedió su tiara favorita a su otra nuera, Beatrice Borromeo
Dos años después de haber transcurrido la boda de Andrea, llegó el turno de Pierre, quien seleccionó a la aristócrata italiana Beatrice Borromeo para unir su vida.
Momentos previos a los fastos se generó una gran especulación al respecto de cuál sería la corona que cubriría la cabeza de la novia; los pronósticos que aseguraban que Carolina de Mónaco prestaría nuevamente su preciada tiara fringe. Sin embargo esta teoría fue desacertada.
Beatrice tuvo que conformarse con dar el sí sin accesorios lujosos sobre su cabeza, lo cual a su vez no resulta un hecho inédito en la dinastía Grimaldi, ya que Grace Kelly y la princesa Charlene de Mónaco fueron precursoras de la revolución de contraer matrimonio sin tiara.
