La visita del príncipe Harry y Meghan Markle a Colombia es el segundo viaje no oficial que realizan en el año después de su gira por Nigeria en mayo pasado. Una situación que ha generado críticas por parte de la prensa británica, mientras que los medios de otros países sugieren que este movimiento de los royals es algo que en su momento realizó la misma Lady Di.
Si bien desde el 2020 que los duques de Sussex se separaron de la corona inglesa y no lograron su objetivo de representarla a su modo, y a tiempo parcial, tal parece que en este 2024 han encontrado la manera de realizar giras no oficiales y que casi parecen de Estado sin tener que seguir las estrictas reglas del protocolo real.
Es por estos puntos que la prensa internacional ha comenzado a compararlos con lo que en su momento fue la fallecida princesa Diana tras divorciarse del entonces príncipe Carlos. En ese momento Lady Di ya no era un miembro oficial de la monarquía inglesa, por lo que sus viajes a otras naciones tampoco eran considerados como oficiales. Sin embargo, el mundo sí la seguía viendo como parte de la realeza pese a su separación.
Los viajes no oficiales de Lady Di
De hecho, en la polémica entrevista que dio en 1995 a la BBC, Diana de Gales expresó lo consciente que era de su figura pública y cómo podía aprovechar eso a su favor para trabajar como embajadora del Reino Unido.
“Me gustaría ser embajadora de este país. Ya que soy objeto de tanto interés mediático, no nos quedemos sentados... Llevo quince años en una posición privilegiada. Tengo un enorme conocimiento de la gente y de cómo comunicarme y quiero utilizarlo”, indicó en esa ocasión.
Mientras que el biógrafo Andrew Morton también da cuenta en su libro, que contiene testimonio directo de la princesa, de que el político Tony Blair, cuando todavía estaba en la oposición, se dio cuenta del potencial que su figura podía tener ya que sabía bien de sus habilidades para abordar temas controvertidos.
De hecho, el citado libro señala que en 1997 se encontraron Blair y Diana en el refugio campestre de Chequers con la intención de establecer cómo sería ese rol de embajadora informal que ella tendría. Cosa que, evidentemente, con la muerte de la princesa no se concretó.
Recordemos que uno de los viajes de Lady Di que le dio la vuelta al mundo fue el que hizo a Angola en enero de 1997, cuando visitó unas minas antipersona. Aquella imagen de la royal con ropa casual, chaleco y máscara protectora mientras camina por ese campo minado la consolidaron como una persona de la realeza (aunque ya no lo fuera oficialmente) cercana al pueblo y que empatizaba con sus carencias y sufrimiento.
Incluso, ese mismo año, la madre del príncipe Harry visitó Sudáfrica y se reunió con el presidente Nelson Mandela. Además que hizo todo una campaña para erradicar las minas terrestres antipersonas. Algo que le valió muchos críticas porque los políticos consideraban que no tenía por qué meterse en ello. Pero, con los años, eso se convirtió en uno de sus máximos estandartes en cuanto a causas humanitarias.
No obstante, también es cierto que Harry y Meghan no han logrado ese nivel de influencia que Lady Di sí tenía. Por lo que tienen una ardua tarea para renovar este tipo de viajes y ver si pueden abordar asuntos tan controvertidos de manera exitosa como supo hacerlo Diana en su momento conviviendo con enfermos de SIDA.