La expresión popular de “la oveja negra” no solo hace referencia a la distinción de un miembro en determinado grupo, sino que también hace una designación despectiva para aquellos que portan este título, ya que muchas veces este calificativo va ligado a otro tipo de adjetivos como “decepcionante” o incluso “digno de vergüenza”.
Y, aunque no es de ley que dentro de un núcleo familiar exista dicha figura, dentro de la realeza europea es muy común que uno de los representantes de cierta Casa tenga actitudes volcadas hacia la rebeldía, mayormente aquellos que no tienen aspiraciones al trono, ya que, de alguna manera, el daño a su reputación propia no posee una gran repercusión individual, pero sí sobre la imagen del reino al que se encuentran adscritos.
Probablemente, el caso más sonado de “oveja negra de la realeza” es el de Andrés de York, hermano menor del rey Carlos II, a quien se le ha señalado por tener relación con la red de tráfico sexual su amigo Jeffrey Epstein y por haber participado en orgías con menores. Sin embargo, a parte de él, existen otros casos de royals que han cometido acciones que al final de día han resultado incómodas para sus distinguidas familias.
Harry, la “oveja negra” de la familia de Gales
Otro representante de la Casa Windsor que no tiene muy buena fama y que, incluso, se encuentra autoexiliado en Estados Unidos, es el ex príncipe Harry, quien durante su juventud acumuló en su historial varias polémicas, entre las que se encuentra la vez que se “disfrazó” de nazi para una fiesta de Halloween y aquellas confesiones donde se reveló como un consumidor de cocaína.
Ernesto de Hannover, otro miembro que ha decepcionado a su Casa Real
Ernesto de Hannover, esposo de Carolina de Mónaco posee todo un historial de borracheras, las cuales lo han llevado a tomar actitudes agresivas, que, a su vez, han desembocado en agresiones al gremio de los paparazzis, en episodios donde se le ha visto orinar en plena calle o, incluso, caer desplomado en la boda de su hijo Christian.
A pesar de ser el más mediático de sus cinco hermanos, esto no le ha impedido desarrollar tales actitudes rebeldes.
Juan Carlos I, también fue un “hermano incómodo”
El padre del rey Felipe VI también acarreó con sus controversias, antes de abdicar al trono.
Por un lado, contamos con aquella historia que relata su tórrido romance con la empresaria alemana Corinna Larsen y por otro tenemos vestigios de sus cacerías africanas, un tema que al momento de salir a la luz sin duda marcó negativamente el apellido Borbón.
Al igual que Ernesto de Hannover, el lugar que Juan Carlos ocupaba en la línea de sucesión no lo frenó para cometer dichos actos, los cuales en su momento debieron avergonzar a sus hermanos Alonso, Margarita y Pilar, y ahora toca redimir a sus dos nietas: la princesa Leonor y la infanta Sofía.