Casada y madre de cinco hijos, en un momento de su vida se rebeló y rechazó el título
La vida de la princesa Alicia de Grecia, madre del príncipe Felipe de Edimburgo y suegra de la reina Isabel II de Inglaterra es tan dramática, que resulta casi inverosímil. Y recientemente salió en los titulares porque la BBC-TV de Londres hizo un documental extraordinario sobre ella, además de que existe una excelente biografía suya del escritor Hugo Vickers. Descubrir todo sobre ella es fascinante, pues solo se sabían datos confusos e incorrectos. La extraña princesa, aunque venía de la más pura aristocracia, pues era bisnieta de la reina Victoria de Inglaterra, tuvo una vida muy distinta a lo que se hubiera esperado. FOTOGALERÍA: Conoce a Alicia de Grecia... Madre de Felipe de Edimburgo Casada y madre de cinco hijos, en un momento de su vida se rebeló, rechazó las joyas, los títulos y los lujos, y se hizo profundamente religiosa. ¡Llegó incluso a formar una orden de monjas! Su sorprendente cambio provocó que su propia familia la internase en un sanatorio para personas con enfermedades mentales. Pero comencemos dando una mirada al pasado: la muy bella Alicia de Battenberg, hija del príncipe Luis de Battenberg y de la princesa Victoria de Hesse (nieta de la reina Victoria), nació sorda ?debido a defectos genéticos? en el castillo de Windsor, en 1885, en presencia de la reina Victoria, y creció llevando la lujosa vida de una joven princesa del siglo XIX. En 1903, se casó muy enamorada del guapo príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, cuarto hijo del rey Jorge I de Grecia y de Olga Konstantinova de Rusia, quien al casarse se convirtió en la reina Olga de Grecia. Alicia y Andrés tuvieron cinco hijos: cuatro princesas y Felipe, un príncipe rubio y bello, que renunció a sus títulos griegos al casarse con la joven princesa heredera Isabel de Inglaterra, y fue nombrado duque de Edimburgo. Desde su boda, a Alicia se le conoció como la princesa Andrés de Grecia y Dinamarca, y su vida siguió rodeada del mayor lujo. Pero las revoluciones y los problemas políticos en Grecia forzaron la marcha al exilio de toda la familia, y cuando ella tenía 35 años de edad, su vida perdió la estabilidad. Diez años más tarde, viviendo como nómadas en diferentes países, gracias a la caridad de muchos parientes reales, y después de una profunda crisis filosófica y religiosa, su familia la internó en un sanatorio mental en Suiza con el diagnostico de esquizofrenia paranoide. ¡Nadie entendía las ideas religiosas y sociales de Alicia, y ella parecía resignada a perder a sus hijos y a su esposo! Al ser dada de alta a los dos años, Alicia no volvió a vivir con su familia y regresó a Atenas para dedicar su vida a hacer obras de caridad, esconder perseguidos ?fue nombrada heroína del Holocausto en Israel, por haber ocultado a muchas familias judías en Atenas durante la Segunda Guerra Mundial? y ayudar a los pobres. Con el tiempo, fundó la Orden Cristiana de la Hermandad de Marta y María, afiliada a la iglesia ortodoxa griega, a la que perteneció hasta el fin de su vida. Los royals europeos criticaban mucho las alocadas extravagancias de la princesa, y poco a poco prefirieron ignorarla y no hablar de ella. Pero al caer la monarquía griega del rey Constantino II en 1967, la reina Isabel II de Inglaterra y el príncipe Felipe la llevaron a vivir con ellos al palacio de Buckingham. Allí, Alicia asistió a muchas celebraciones familiares, vestida siempre con discreción, con su hábito monacal. Dos años después, en 1969, Alicia murió; tenía 84 años. Fue enterrada, como era su deseo, en Tierra Santa. El gesto de apoyo de la reina Isabel II hacia su suegra fue muy bien recibido por todos, aunque ya Alicia había visitado a su hijo e hija política en varias ocasiones, y les había regalado sus joyas, incluyendo el brazalete que se convierte en la tiara griega Meander, que también han usado su nieta, la princesa Ana, y su bisnieta Zara Phillips. Un solitario de diamantes de tres quilates que siempre lleva la reina Isabel fue regalo de su suegra cuando se comprometió con Felipe de Grecia. Pocos saben que Felipe no era un sencillo oficial naval cuando conoció a Isabel, sino miembro de una larga e importante dinastía de familias reales. Y entre los hermanos de Alicia estaba el famoso Luis, earl Mountbatten de Birmania, tío predilecto de Felipe, que fue asesinado por el grupo IRA en 1979. En 1953, en la coronación de la reina Isabel II, todos comentaron sobre su suegra, vestida con su hábito de monja y velo gris. Y aunque estaba sentada con la familia real, parecía estar “en otro mundo” y muy lejos de tantas coronas. Alicia era aceptada porque su hijo, el príncipe Felipe, la quería mucho e impuso su presencia, pero durante años su propia familia desconoció los detalles de su vida y lo que había hecho por el bienestar de muchos. FOTOGALERÍA: Conoce a Alicia de Grecia... Madre de Felipe de Edimburgo Por: Redacción Vanidades / Fotos: Archivo