La unión civil se realizó en la sala del trono del Palacio monegasco
El príncipe Alberto II de Mónaco y la nadadora sudafricana Charlene Wittstock se convirtieron hoy en marido y mujer, en una ceremonia civil.
Los novios quedaron unidos “por los vínculos del matrimonio” en la sala del trono del Palacio monegasco, en presencia de sus respectivas familias y de las autoridades del Principado.
El enlace lo ofició el presidente del Consejo de Estado, Philippe Narmino, que hizo una breve introducción en francés, inglés y monegasco, pero continuó el acto en francés, lengua oficial de la ciudad-estado.
Alberto II y la desde hoy Charlene de Mónaco, alteza serenísima, de 53 y 33 años, respectivamente, comienzan así una nueva etapa, diez años después de haberse conocido y cinco desde que oficializaron su noviazgo.
La novia, con el pelo recogido, vestía de Chanel, una falda azul claro, un cuerpo palabra de honor y una chaqueta.
De ese mismo modisto iban la princesa Carolina y su hija, Charlotte, ésta última con una pamela.
En la plaza del Palacio, con pantallas gigantes instaladas para la ocasión, unos 5 mil monegascos, según las estimaciones de Palacio, presenciaron la unión, tras la cual está previsto que la pareja se presente antes sus súbditos desde la ventana del salón de los espejos, lugar habitual del saludo principesco con motivo de las fiestas oficiales.